La moda se alinea con el cuidado del ecosistema. El uso de ropa orgánica biodegradable se ha convertido más que en una actitud, en una novedad que domina las pasarelas de todo el planeta e intenta ingresar al país.
Por eso, se desarrolla en Quito el Primer Concurso de Moda Ecológica, que organiza la diseñadora Glenkora Comte. Ella propuso este proyecto y la Alcaldía de Quito apoyó su idea. En enero se inscribieron 43 estudiantes de las universidades e institutos de la ciudad que tienen la carrera de Moda.Ahora son 10 los finalistas que compiten con por ser uno de los tres que participarán en el desfile Eco Alta Moda, que será en agosto. Estarán junto a nueve diseñadores de trayectoria. La idea es que sus diseños se enfoquen en el reciclaje y el uso de materiales orgánicos.
La idea, dice Comte, es motivar a los estudiantes para que sus creaciones no afecten al planeta. “Los diseñadores no podemos cambiar el mundo, pero sí detener los daños y entrar a la ropa 100% orgánica”.
Una de estas fibras, dice Comte, se extrae del eucalipto, algo que no existe en el país. Para que los diseñadores usen esas telas, se las debe importar.
Pero el ingeniero químico Omar Bonilla menciona otras fibras como yute, el cáñamo, la cabuya, la lana, la seda, el lino y el algodón. El especialista dice que estos materiales se dejaron de usar porque se pusieron a la moda las telas sintéticas.
El país produce lana y algodón, pero no otras fibras naturales. “La tecnología debería adaptarse. Sí existen telas más artesanales, que no usan una gran maquinaria”.
Los jóvenes del concurso usaron telas de cortinas desechadas, tejidos otavaleños, corcho y más. Xavier Astudillo, del instituto Dismond, aclara que si bien su diseño usó material reciclado, también se preocupó en darle una idea. La ropa que creó representa el nacimiento de una flor.
Los botones los hizo él mismo: cortó una rama que se había desprendido de un árbol. Mientras que Juan Carlos Guamán, de la U. San Francisco, aprovechó los disquetes que ya no le servían, partes de una botella y el yute de un arreglo floral que ya estaba en desuso.
Otra concursante es Susana Rodríguez, del Instituto Gran Colombia. Ella hizo una cartera a base de cáñamo, carrizo y corcho reciclados, materiales biodegradables. “Con creatividad se pueden elaborar accesorios con cualquier material”.
Una de las ideas que gira en torno a la moda ecológica es el uso de telas y tintes no contaminantes. El ingeniero Bonilla explica que las fibras orgánicas son más fáciles de descomponer que las sintéticas.
La tela orgánica es la que no ha utilizado pesticidas para su fabricación. “Los tintes y los químicos afectan a los trabajadores de la industria textil. Yo no quiero ser una diseñadora que use telas que fueron hechas así”, dice Comte.
Aunque aún no se arrojan cifras al respecto, la organización Greenpeace tuvo iniciativas. En el 2006, reunió a 16 diseñadores y presentó la colección de ropa Moda sin tóxicos.
Punto de vista
Sebastián Cárdenas, Fundación 180°
‘Una fibra orgánica no siempre es ecológica’
Que algo sea orgánico no siempre quiere decir que sea agro ecológico. Para eso debe, por ejemplo, eliminarse el uso de productos agrotóxicos, no debe significar la explotación de bosques nativos. Cuando hablamos de textiles ecológicos tenemos que ver todo el contexto. La agroecología es una bandera que usa todo el mundo. Muchos diseñadores saben que pueden darle mayor valor agregado a sus prendas diciendo que son de fibras orgánicas. Por otra parte, las personas que hacen esto no solo deben promover el estilo de vestido que producen. Ellas deben discutir los impactos que su obra va a tener sobre el medioambiente y la sociedad. Nunca se dice qué cantidad de reducción de carbono significa, cuánta mano de obra se generó, cuántas hectáreas de bosque se cuidaron. No hay un estudio al respecto.