Con banderas rojas y azules, pancartas pitos y un bombo cientos de estudiantes y padres de familia marcharon ayer a favor de la educación municipal.
Desde las 9:00 se concentraron en el parque El arbolito, al norte de Quito. Ahí recibieron el respaldo del alcalde Augusto Barrera, quien reconoció haber sido estudiante del colegio municipal Benalcázar. Luego de una hora de protestas para que se incluya a la educación municipal en el proyecto de Ley de Educación Intercultural, caminaron hacia la Asamblea Nacional.
Barrera y los concejales Pablo Ponce y Luisa Maldonado encabezaron la movilización. Erika Abadiano, estudiante de primero de bachillerato del colegio Manuel Cabeza de Vaca de Alangasí, sostuvo una pancarta azul mientras gritaba “no queremos ser fiscales” . Ella y sus compañeras madrugaron desde las 06:00 para estar presentes. Dilan Quiroga, alumno de séptimo de básica de la Escuela Espejo, en cambio, no paró de saltar junto a su madre para defender a su escuela: “estamos aquí porque nos quieren quitar nuestros derechos como estudiantes municipales”. Washington Vizuete, presidente de la Unión Nacional de EducadoresMunicipales (UNEM), reiteró que la movilización es para insistir en que se tome en cuenta a los 37 centros educativos municipales.
Barrera recalcó que no están cuestionando la ley, sino más bien que se reconozca la educación municipal como un patrimonio de la ciudad. “Nació antes que la educación fiscal y no puede ser desconocida. Exigimos que se amplié el concepto de concurrencia, no estamos irrespetando la rectoría del Ministerio de Educación”, enfatizó.
A las 11:00 los asambleístas de la Comisión Ocasional de Educación salieron a las afueras de la Asamblea. Fernando Cordero, presidente, se comprometió a debatir la Ley de Educación Intercultural la próxima semana. “El 9 de diciembre debatiremos la Ley , será exactamente en la fecha de la fundación de Quito pero será una buena noticia para los quiteños”.
Además invitó a una comisión de la UNEM para que intervenga en la sesión del Pleno. Luego de escuchar a Cordero, Alejandro Rosero, de 5 años no paró de hacer sonar su pito. El alumno de la escuela Quitumbe esperó este pronunciamiento con su abuelita Susana Herrera. Ella aseguró que todas las familias se mantendrán expectantes a los que suceda.