La Licuadora muestra su nuevo rostro

La transparencia de sus grandes ventanales de la fachada de este edificio de 15 pisos contrasta con la tipología de las construcciones vecinas. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO

La transparencia de sus grandes ventanales de la fachada de este edificio de 15 pisos contrasta con la tipología de las construcciones vecinas. Foto: Alfredo Lagla/EL COMERCIO

La Licuadora es, sin duda, uno de los edificios más conocidos de Quito. Y no hay capitalino -o residente- que no haya admirado su curiosa volumetría al menos una vez en su vida.

Es que a pesar de que solo tiene 41 años de construido, se apropió rápidamente del imaginario citadino y se convirtió en un referente.

Diego Ponce Bueno, arquitecto recién fallecido, lo diseñó para que marcara un hito entre la ciudad antigua y la moderna, que empezaba a crecer hacia arriba.

Inicialmente fue sede de la Filantrópica, luego Filanbanco. Su bitácora, explica el Dr. Arturo Mejía Granizo, director general del Servicio de Gestión Inmobiliaria del Sector Público (Inmobiliar), incluye tres muertos por efectos de una bomba en 1980 y el cierre definitivo, en 1998, por causa del feriado bancario.

Entonces, la edificación quedó en completo abandono y sirvió de refugio y cuchitril para personas sin recursos.

Obviamente, su estructura se fue deteriorando y sus grandes ventanales -que eran como su cédula de identidad- terminaron en pedazos.

El restaurante giratorio del último piso, otro signo del inmueble, ya había colapsado antes por su antifuncionalidad y por desperfectos del sistema mecánico.

Así pasó hasta el 2011, cuando Inmobiliar se hace cargo de su recuperación con un objetivo: que sea la sede del Ministerio de Turismo, que lo inauguró oficialmente el jueves pasado.

Los trabajos, como sucede en estos casos, empezaron con el diagnóstico. Este dedujo que primero había que reforzar la estructura y volverla sismorresistente, cumpliendo con las normas internacionales.

Luego, en febrero de este año, se procedió a recuperar el resto de la edificación. 180 personas laboraron en la tarea.

Se cambiaron los vidrios por otros más acordes con los tiempos. Se incorporaron sistemas inteligentes para el registro de voz y datos, de seguridad, contra incendios, de aire acondicionado... Se habilitaron cuatro ascensores de última data...

Este edificio de 7 000 m² distribuidos en 15 pisos altos y tres subsuelos, explica Mejía, está expedito para funcionar con total eficiencia y brindar comodidad y servicios a 424 funcionarios del Ministerio.

La inversión final, concluye Mejía, fue de USD 5 345 897 cuando el primer monto presupuestado fue de USD 6 986 980.

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