Iván Aguas: ‘Con el impuesto del 10% a las películas extranjeras, el país volvería a los años 80’

De izquierda a derecha: Santiago Cárdenas, gerente de Multicines; Patrico Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito e Iván Aguas, exhibidor de cine.

De izquierda a derecha: Santiago Cárdenas, gerente de Multicines; Patrico Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito e Iván Aguas, exhibidor de cine.

Hoy, viernes 30 de septiembre del 2o16, en una rueda de prensa realizada en la Cámara de Comercio de Quito, importadores de películas y representantes de cines se pronunciaron respecto al artículo de la Ley de Cultura, que está en segundo debate en la Asamblea Nacional, en el que se plantea el cobro de un nuevo impuesto.

En uno de los artículos se establece el cobro del 10% de la totalidad de las ventas de entradas de películas de producción extranjera en las salas comerciales, para el fomento de la cultura y las artes.

Patricio Alarcón, Presidente de la Cámara de Comercio, rechazó que existan más impuestos en el Ecuador. “La industria del cine -dijo- ya paga un 22% de impuesto a la renta, 5% del impuesto de salidas de capitales y un promedio de 14% de impuestos municipales”.

Alarcón recalcó que la industria del cine genera muchas fuentes de trabajo y que con la aprobación de este impuesto las operaciones en esta industria no serían rentables y se podría afectar la inversión en el país. “Lo que el Ecuador necesita es atraer divisas e inversión. Hacemos un llamado para que no se implemente la parte impositiva de la ley. El 10% va a afectar claramente a una industria que tiene un retorno de inversión a largo plazo”.

Para Santiago Cárdenas, gerente general de Multicines, lo que se plantea en la ley no solo es un impuesto del 10%, sino de una carga impositiva de ingresos totales de taquilla generada por contenidos extranjeros. “En la práctica este impuesto implica un impacto en el egreso de las empresas que va a afectar en nuevas inversiones”.

En la actualidad, el país cuenta con 267 salas de cine en 17 cantones. Para el equipamiento de estas salas -dijo Cárdenas- se han invertido USD 200 millones y se han creado más de 2 000 empleos directos.

En la rueda de prensa se hizo hincapié en que no se puede ver al cine extranjero como enemigo del cine nacional y que la variedad de contenidos permite que haya la inversión y por tanto mayor cobertura. Los representantes de productores y exhibidores subrayaron que el consumidor es inteligente, informado y globalizado. Y que lo que provocará este impuesto es que el consumidor migre a otras plataformas que no generan inversión y dineros al fisco.

Para Iván Aguas, representante de los exhibidores de cines pequeños, lo único que haría este impuesto es que la industria del cine, en el país, regrese a los años ochenta. “En vez de evolucionar vamos a retroceder”.

Según los datos que maneja Cárdenas, en el país en los últimos tres años se ha incrementado el estreno de películas extranjeras. En estos 12 meses se han estrenado 170 películas provenientes del exterior en las salas comerciales.

Uno de los reclamos de este gremio es que en el primer borrador de la Ley de Cultura no existía este impuesto y que por tanto debería ser considerado como inconstitucional.

Por su parte, Gabriela Calvache, cineasta ecuatoriana, sostiene que el impuesto del 10% que ya existe ha sido destinado para fiestas de Quito. También señala el caso de Argentina en el que las películas internacionales tienen un impuesto. Este pasa hacer parte de un fondo de cine, que, a través de concursos por mérito, se reparte a los proyectos de películas locales.

“Entiendo que estamos en crisis y que se puede ayudar a la piratería pero pensar en el impuesto es muy importante. Se deben buscar varios mecanismos. El problema es que ahora solo tenemos uno. Quizás el impuesto no debe ser del 10% sino del 3 o del 2%, o se puede implementar el impuesto de forma escalonada”, dice la cineasta.

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