Investigación de las tradiciones Tsáchilas consta en un catálogo

La gestora cultural Elina Castro es la ideóloga de una investigación que recoge las costumbres y tradiciones tsáchilas. Foto: Katy Delgado/PARA EL COMERCIO

La gestora cultural Elina Castro es la ideóloga de una investigación que recoge las costumbres y tradiciones tsáchilas. Foto: Katy Delgado/PARA EL COMERCIO

La gestora cultural Elina Castro es la ideóloga de una investigación que recoge las costumbres y tradiciones tsáchilas. Foto: Katy Delgado/PARA EL COMERCIO

La investigación que dio origen a un catálogo con imágenes y símbolos de la nacionalidad Tsáchila de Santo Domingo permitió a un equipo de activistas culturales conocer desde otra óptica la realidad de esta nacionalidad.

Este trabajo que se plasmó en 100 páginas incluye aspectos importantes y positivos de la etnia. Según sus creadores, durante la recolección de información conocieron, por ejemplo, la preocupación por la pérdida del idioma, la vestimenta y otras tradiciones.

Eso fue lo que Clara Calazacón le contó a los investigadores cuando en diciembre del 2016 llegaron a su vivienda ubicada en la comuna Otongo Mapalí. Al ser la de mayor edad en la etnia, su testimonio ayudó a establecer una línea de tiempo para la investigación.

Esta se financió con los fondos concursables del Ministerio de Cultura y su elaboración estuvo a cargo del centro cultural Luban Oko que dirige la gestora cultural Elina Castro. Para este proyecto que lleva el nombre Colección étnica de valores e imágenes de la cultura e interculturalidad Tsáchila se asignaron USD 6 000.

Clara Calazacón aseguró que no habla el español y que tampoco le gustaría saberlo. Se lo dijo en tsáfiqui a Geovanny Aguavil, un líder comunitario quien hizo de traductor con el equipo de investigadores conformado por activistas culturales, promotores interculturales y un antropólogo.

Ella también le contó que su empeño fue siempre inculcar en su comuna la lengua materna. Lo hizo hasta cuando tuvo las fuerzas suficientes y se lamenta que pocas personas hayan seguido ese objetivo. Aunque reconoce que el ejemplo debe salir desde el mismo entorno familiar.

Su propio relato la entristeció pero enseguida se repuso para narrar otra realidad: que los tsáchilas muy poco usan el manpe tsanpa y la tunán que son la vestimenta típica de hombres y mujeres. Que las nuevas generaciones ya no hablen el idioma tsáfiqui y que hayan adoptado las costumbres de los mestizos.

En el catálogo se puso una fotografía de Clara Calazacón vistiendo su falda multicolor y unas cintas en su cabello.

La gestora cultural e ideóloga de este material, Elina Castro, aseguró que el testimonio de Calazacón y otros cuatro adultos mayores tsáchilas consultados fueron una pauta para emprender en un plan para el rescate del idioma de los tsáchilas, como una respuesta a la preocupación de los nativos de más edad.

Para eso se han coordinado reuniones con nativos de la etnia con el fin de iniciar un curso de formación en tsáfiqui. Las clases serán no solo para las nuevas generaciones de los tsáchilas sino para personas fuera de su entorno.

En un primer diagnóstico se estableció que en un año el estudiante aprenderá a hablar y a escribir la lengua materna de los aborígenes. Por ahora, se adelantan gestiones para definir la malla curricular, agregó Castro.

La presentación del proyecto se realizó la semana pasada. Ahí se aclaró que el financiamiento sirvió para desarrollar la investigación. Y que la impresión de los cuatro ejemplares que se elaboraron para proyectar el trabajo no estaban dentro del presupuesto.

Pero sus autores no descartaron que sea replicado por las autoridades o las universidades para que sirva como fuente de consulta.

El material está disponible en el centro cultural Luban Oko que tiene 20 años de trabajo cultural por el rescate de las tradiciones y costumbres de los Tsáchilas.

Durante el desarrollo del trabajo también se proyectó una obra escénica que emplea al árbol Tolón Pelé para relatar las costumbres tsáchilas.

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