En Ecuador, la distribución de cine es gestionada por los productores. Dos empresas buscan su mercado. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
En el Ecuador, la figura del distribuidor o la intermediación entre el productor y el exhibidor ha adquirido algunas variantes según las películas que se pretenden difundir, los circuitos de exhibición y algunas experiencias locales.
Para Mariana Andrade, directora de Ochoymedio, primero es necesario diferenciar entre la distribución del cine comercial y el independiente, en el que se incluye al cine ecuatoriano.
Para la gestora cultural, actualmente existe un monopolio en el mercado audiovisual, puesto que los grandes estudios de Hollywood mantienen un vínculo casi exclusivo con un grupo de distribuidores internacionales que a su vez tienen una estrecha relación con las principales cadenas de exhibición, en cada país.
Para la circulación de cine independiente la realidad es otra.
Lucas Taillefer, distribuidor y gestor cultural, calcula que en el caso del cine ecuatoriano, en el 90% de los casos es el mismo productor quien se hace cargo de la distribución.
Cuando la película ‘Quito 2023’ estuvo terminada fue la misma productora Lorena Caicedo quien se encargó de negociar el número de pantallas, el tiempo en cartelera y la fecha de estreno en las salas comerciales del país. Para que la película se distribuya en DVD, también fue ella quien gestionó con las asociaciones de comerciantes los derechos de reproducción.
Luego de participar en varios festivales y mercados audiovisuales, la productora ecuatoriana pudo contactarse con una distribuidora con base en Argentina para encargar la venta de la película en América Latina, Estados Unidos y parte de Europa. La realizadora admite que la distribución es una de las principales debilidades de la producción cinematográfica ecuatoriana.
Para el productor Iván Silva, la distribución con las asociaciones de comerciantes se diluye en la poca venta de películas nacionales en las tiendas. Cuando Silva también asumió el rol de distribuidor optó por una estrategia diferente: la venta directa. Armó un catálogo de ocho títulos ecuatorianos y dos peruanos que tienen un promedio de venta de 100 unidades al día en centros comerciales, ferias y otros eventos culturales. Ahora negocia la transmisión de cinco películas en un canal de señal abierta y la circulación de ‘Travesía’ en cines de Rusia y Perú, todo a través de la gestión directa.
No solo la distribución de cine ecuatoriano es difícil, la circulación de películas independientes internacionales también tiene un espacio limitado en el país.
Andrade explica que la programación del cine Ochoymedio se sostiene gracias a que la empresa está asociada a redes independientes de distribución como La Red, Europa Cinemas o Latinópolis, que funcionan bajo un esquema de intercambio.
Junto con Christian Obando y Estefanía Arregui, Taillefer ha conformado la empresa Trópico Film con el objetivo de integrarse a la red internacional y convertirse en una empresa de distribución local y en un agente de ventas internacionales. Lo mismo ocurre con 8D una filial de Ochoymedio que ya cuenta con tres títulos internacionales y tres nacionales en su catálogo de distribución.
Andrade asegura que es necesario fortalecer los espacios de circulación de audiovisuales. Por eso, propone que el Estado reconozca de interés público la existencia y consolidación de circuitos de exhibición alternativa y que además se fomente la distribución con fondos públicos para mejorar el acceso a las fuentes de programación internacional.
Taillefer añade que otra de las responsabilidades del Estado es garantizar el acceso a una programación audiovisual diversa en todas las ventanas.