Las figuras son representaciones de las transformaciones de chamanes cuando utilizan sustancias como ayahuasca. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Personas con plumas de aves, dientes de caimán, ojos de búho y cola de mono se encuentran entre las piezas arqueológicas recolectadas en los espacios donde habitaron las culturas ancestrales de la Costa, Sierra y Amazonía. Las mismas son parte de la simbología y la tradición que permanece en la memoria de los pueblos y nacionalidades.
Para Juan Martínez, presidente Ejecutivo del Museo etnohistórico de Artesanías del Ecuador, es un testimonio del vínculo de los pueblos con una realidad alterna. “Accedían a través del consumo de ciertas sustancias, como la ayahuasca”, indica.
Durante las ceremonias y rituales, los chamanes querían adoptar algunas características de otros animales de la naturaleza. La fuerza de la serpiente, la agilidad del leopardo, la capacidad visual del búho y las alas de las aves los hacían más poderosos. Tenían la posibilidad de luchar con sus enemigos, recibir la protección de la Pacha Mama y convertirse en seres más espirituales cuando las virtudes de la naturaleza les eran otorgadas.
Algo curioso, destaca, es que pese a que fueron distintas personas y en distintos lugares los que describían ese mundo o realidad alterna, se mencionaban figuras similares. Algo que para los investigadores sería una reafirmación de la existencia de este mundo.
Una de las más recurrentes es la del hombre pájaro, un ser que se despegó de su mortalidad luego de haber atravesado varias etapas de su vida. En la tradición de los pueblos, el hombre pájaro regresa al sol una vez que terminó su propósito en la Tierra. Es una visión del ciclo de vida en el que todo ser vuelve a su origen.
La cantidad de figuras encontradas, opina el antropólogo, deja ver que los pueblos ancestrales vivían muy conectados con ese mundo. “Incluso más que con el que nosotros conocemos”, recalca. Por esto, en algunas representaciones humanas, especialmente de la Amazonía, las figuras de personas tienen un ojo cerrado que ve el mundo interior y otro abierto que ve la realidad.
En algunas figuras se puede observar a los sacerdotes o chamanes en proceso de transformación. En otros, apenas se puede distinguir una figura humana entre las características de los animales.
Las figuras varían según el lugar en el que se crearon. En las piezas amazónicas están muy presentes la boa y el armadillo. Las aves están en muchas figuras de la Costa y la Sierra.
En el Mindalae se exhiben varias estatuillas. Son artesanías que se realizan en varias localidades del Ecuador. “Con la artesanía se puede preservar el patrimonio”, opina Martínez. A través de una red de comercio justo, se busca que los ecuatorianos puedan incorporar a sus vidas elementos históricos y culturales.