El artista plástico Noé Mayorga recrea las fiestas de Octavas de Corpus Christi en sus cuadros y en el cantón Mocha. Fotos: Raúl Díaz y Noé Mayorga
En junio de cada año el oso, la waricha, el pingullero, el curiquingue, diablo huma, la vaca loca aparecen en las calles del cantón Mocha.
Ellos son una parte de los personajes que participan en las Octavas de Corpus Christi. Esta celebración fue recuperada por el artista Noé Mayorga con ayuda de su padre Luis.
Ellos lograron poner en escena este festejo. Es más, Mayorga pintó 22 acuarelas, para a través del arte, poner en evidencia toda la tradición festiva de esta celebración religiosa católica que llegó con los españoles y que se fusionó con los rituales propios de la cultura andina, como son los solsticios.
Mayorga explica que el Corpus Christi solo podía conocerse el 21 de junio de cada año; en que se cumplía esta tradicional celebración. Eso impedía a la gente que conociera detalles importantes y los personajes de la fiesta. En sus cuadros los recrea y en su galería explica a los visitantes con detalles en qué consiste.
El artista menciona que en su obra adopta aspectos importantes de la celebración como los rostros de la gente, los disfrazados que visten atuendos y máscaras de personajes típicos de la celebración; y el desfile de las comparsas que recorre las calles del pueblo.
Dice que retrata aspectos idénticos con que los pueblos andinos celebran año tras año con los rituales de agradecimiento al Taita Inti (Padre Sol) y a la Pacha Mama (Madre Tierra) por las cosechas, los frutos con que alimenta y da vida. “La recuperación de las Octavas del Corpus Christi de Mocha es un proyecto cultural importante, puesto que esta celebración ancestral hace 60 años, con el último proceso de modernización del Estado, desapareció. El pretexto fue que las fiestas populares eran festejo de los indios”.
Para el director de la Casa de la Cultura Núcleo de Tungurahua, Fernando Cerón, el trabajo efectuado por Mayorga es importante al recuperar una fiesta que coincide con las celebraciones del solsticio que fue traída por los incas. “La celebración de nuestras culturas era de adoración a la luna, pero con la colonización española van articulando fiestas que coincidan con las del solsticio”.
Eso provocó que las fiestas del sol se transformen en celebraciones cristianizadas en las que se mezcló con festejos como el Corpus, San Juan y otras.