No es necesario tener oído absoluto para reconocer que la música de los argentinos Illya Kuryaki and the Valderramas dista algunos kilómetros de la de los venezolanos Caramelos de Cianuro. Los primeros son tan funkeros y raperos como roqueros, aunque -si les parece- también pueden hacer reggae, música electrónica y boleros.
Los de Caracas en cambio se han consolidado como la banda de rock más internacional de su país de las últimas dos décadas. Si lo han logrado, ha sido por apostar a una actitud algo punk con sonidos y melodías totalmente radiales; fórmula que aparte de seguidores también les ha conseguido mecenas desde el mundo empresarial (ver perfil).
No obstante y pese a las distancias sónicas, hay algunos puntos en que los ‘diagramas de Venn’ de ambas propuestas se cruzan. Las dos son representantes del rock latino que fue apadrinado por la cadena MTV en sus versiones regionales y que se beneficiaron de haber rotado sus videos en esta plataforma generacional. Sin embargo, sus discos más importantes se defienden por sí solos y son la base de carreras que sobrevivieron el cambio de siglo -aunque Illya Kuryaki and The Valderramas se perdió la primera década del nuevo-.
Con más de veinte años de trayectoria, ambos actos se alistan para tocar este sábado en el Ágora de la Casa de la Cultura de Quito, a las 20:30, con organización de Show Factory.
Illya Kuryaki and the Valderramas: Intensidad y refinamiento, tras 10 años
[[OBJECT]]
La dupla argentina está conformada por los cantantes (también han grabado guitarras y bajos) Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur. Ambos son hijos de la realeza del rock argentino. El primero lleva la sangre del reconocido músico, poeta y compositor Luis Alberto Spinetta. El segundo es hijo de Eduardo Martí, uno de los fotógrafos y videógrafos más aclamados de Argentina (su nombre es una constante en la revista Rolling Stone).
Sin embargo, tras dejar poco a poco y con sonidos propios el fantasma de sus padres, Illya se consagró por sí misma en toda América con su tercer disco, ‘Chaco’ (1996). Tal publicación fue la carta de presentación de una propuesta que fusionaría desde entonces una infinidad de géneros dominados por el funk y el hip hop, con letras sugerentes, divertidas y reacias a las normas gramaticales. De esta producción se desprendieron los sencillos Abarajame y Jaguar House.
Tras ese impulso, el grupo confirmó su buen momento con sus dos siguientes placas de estudio, en especial con ‘Leche’ del 2000 en la cual contaron con la participación del legendario bajista de James Brown y Parliament Funkadelic, Boosty Collins. De esta obra son recordadas las canciones Coolo y Jennifer del Estero, obras con un sentido del humor que se hizo marca registrada del grupo, además de un estilo más funk y con dejos más eléctricos que sus incursiones pasadas.
Luego vino ‘Kuryakistan’, en el 2001, un álbum editado solamente para cumplir el contrato discográfico que los ataba y así poder disolver la banda. Entonces, con un disco poco inspirado, el dúo decidía empezar un hiato que duró 10 años, en donde cada uno se dedicó a esfuerzos en solitario.
Recién en el 2012 regresaron con la firma IKV y bajo su brazo se edito el disco ‘Chances’, una placa que presenta la versión más madura del dúo; con la misma intensidad pero con refinamiento. Su primer sencillo, Ula Ula, mostró la frescura de una producción discográfica que obtuvo cinco nominaciones en los pasados Grammy Latinos.
Caramelos de Cianuro: Sonido punk pop y popular en el país
[[OBJECT]]
Los únicos dos integrantes fundadores del cuarteto son el vocalista Asier Cazalis y el guitarrista Miguel Ángel González. Ambos provienen de la clase media alta de Caracas. El primero vivió sus primeros años en EE.UU. mientras sus padres estudiaban en la universidad y es ingeniero en Sistemas, aunque nunca ejerció su profesión. El segundo tiene estudios de Diseño Gráfico y Publicidad, que bien le han servido a la hora de dirigir y editar videos.
Aunque nació en 1989, la banda no logró grabar su material sino hasta 1992, cuando sacaron un EP (disco de corta duración), pero al igual que los Valderramas, su éxito en la región sudamericana solo se consolidó con la llegada de su tercer larga duración, ‘Miss Mujerzuela’ , una producción editada en el 2000.
En esta placa el rock pop alternativo con una pizca de actitud irreverente devino en éxitos tales como Verónica y Las Estrellas. Esta última fue especialmente popular en Ecuador, ya que servía como entrada del programa de televisión de producción nacional ‘Solteros sin compromiso’.
A aquel esfuerzo le siguió ‘Frisbee’, en el 2003, el cual fue una evolución tanto en términos de composición como de producción. Con un sonido definidamente punk pop, Caramelos de Cianuro tuvo una fuerte rotación radial y televisiva, en especial con sus temas Sanitario y El último polvo, siendo el segundo el que más repercusión tuviera tanto en Latinoamérica como en España.
Tras ese éxito masivo, el grupo llamó la atención de la multinacional de refrescos Pepsi, quien los apadrinó desde entonces en su natal Venezuela. Lo primero que hizo la empresa de gaseosas fue comprar 150 000 copias del disco ‘Flor de fuego’ (2007). Luego se hizo una promoción en donde se podía obtener el siguiente álbum, ‘Caramelos de cianuro’ (2010), a través de un código en las botellas de la bebida.
Sin embargo, estas estrategias -aunque mantuvieron relevante a la agrupación dentro de las fronteras venezolanas- no lograron catapultar nuevos sencillos exitosos en las radios de escala regional.