El verdor del parque en el que se encuentra la Concha Acústica de la Villa Flora (en el sur de Quito) aún era visible. El pasado 12 de junio, hasta las 17:15, era escaso el público sentado al frente de este popular espacio artístico. Allí se realizó la tercera edición del Festival Cantos del Sur, que contó con la presentación de 11 artistas de música andina.En el escenario, los ‘sketches’ del grupo Clown Teatro convocaban la presencia de más asistentes, al mismo tiempo que proporcionaban un margen de tiempo para que llegaran todos los músicos. Entre risas y aplausos, más familias ocupaban un espacio en el vistoso césped. A las 17: 40, el animador del espectáculo daba ligeros golpes a la cabeza de un micrófono para constatar si estaba prendido. Una vez que encendieron el aparato desde la cabina de sonido, el presentador pidió un aplauso para los actores y io la bienvenida a los presentes.
Patricio Morales, organizador del festival, agradeció el apoyo y anunció a los primeros artistas. Se trataba del grupo musical del Centro Cultural Godindas. Ellos tocaron solo una pieza con instrumentos de Oriente Medio. Uno de sus integrantes declaró que practicaban yoga y que eran defensores de los animales.
Los siguientes en acomodarse en el escenario fueron los músicos del conjunto Vientos Andinos. Vestidos de negro y acompañados de rondadores y guitarras, ellos ejecutaron temas como La Bocina y El Diablo Huma.
El público acompañó con las palmas su presentación. Mientras el próximo grupo se preparaba, Miriam Tituaña, moradora del sector, subrayó la importancia del programa. “Vine con mis sobrinos para que aprendan a disfrutar de nuestra música”.
A los pocos minutos, la atención de los espectadores se centró en los pasos de la japonesa Mari Sano. Con una peluca azul y verde fosforescente, un vestido de colores y un antifaz que cubría su rostro, la artista salió de la carpa donde se encontraban los controles del sonido y se abrió paso entre los presentes, mientras arrojaba pétalos al aire. Una canción bastó para comprobar su experticia con el charango. Más adelante, la artista compartió más temas. Aunque el frío fue un invitado más, el público llenó los alrededores de la Concha Acústica y disfrutó del resto de artistas.
Entre estos estaban Tierra Libre, Cantores del Pueblo, Huipala, Raíces Andinas, Huasipungo y Libertad Andina. El preferido de Luis Vargas, uno de los asistentes, era el grupo Ñanda Mañachi, que cumplía 40 años de vida artística.