El canto desgarrado de su hija Estrella y unos versos de Federico García Lorca pronunciados por la sobrina del poeta despidieron ayer, en su Granada natal, al cantaor flamenco Enrique Morente, fallecido el lunes a los 67 años en una clínica de Madrid.
Profundamente emocionada, Estrella Morente cantó a su padre en el Teatro Isabel La Católica, donde ayer se abrió durante tres horas una capilla ardiente del artista antes de que fuera enterrado en el cementerio de San José, en el entorno de La Alhambra.
Tras cantar, Estrella cayó sobre el féretro del maestro, seguida por sus dos hermanos y su madre, la bailaora Aurora Carbonell.
Un día después del adiós multitudinario que el artista recibió el martes en Madrid, donde se instaló su capilla ardiente en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores, la familia trasladó ayer el féretro hasta la ciudad andaluza que lo vio nacer en 1942.
Miles de personas se acercaron hasta el Teatro Isabel La Católica. Y a petición de la viuda de Morente, en su despedida participó también Laura García Lorca, sobrina del poeta cuyos versos cantó el artista y que esta vez fueron recitados por ella con voz entrecortada.
“Enrique, qué difícil despedirse de ti. Las palabras son insuficientes, no es posible nombrar el vacío, la desolación. Has muerto lleno de vida, de fuerza, siendo manantial”, dijo por su parte el poeta Luis García Montero.
Morente, una de las grandes figuras del flamenco y gran renovador e innovador en ese arte, murió el lunes por la tarde en la clínica La Luz, tras estar varias horas en estado de muerte cerebral.
Morente ingresó en el centro sanitario para ser operado el 4 de diciembre de una úlcera, según la familia, y de un cáncer, según los médicos. Dos días después, y tras sufrir problemas postoperatorios, que obligaron a trasladarlo a la unidad de cuidados intensivos, fue intervenido otra vez. La familia de Morente denunció al centro por supuesta negligencia.