Una cámara de televisión enfocaba el rostro de Mario Andrade y de cientos de jóvenes eufóricos que tras una baranda de metal gritaban: “Residente, Residente’”.
Con este nombre se identifica a René Pérez Joglar, el cantante del dueto portorriqueño Calle 13, que el sábado se presentó en la Fiesta de la Música en Quitumbe, sur de Quito.
Mientras el camarógrafo de televisión hacía un paneo de los rostros de estos espectadores, un grupo de policías intentaba contener la energía desbordante de los jóvenes que esperaban la presencia del dúo. Mario y más de 20 000 espectadores observaron un video sobre Calle 13 antes de que el dueto subiera a la tarima.
El público no quería más preámbulos. Estaba impaciente, repetía una y otra vez: “Residente, Residente”. Parecía entrar en éxtasis ante la presencia de la banda en el escenario.
Los gritos ensordecedores solo fueron acallándose apenas el cantante interpretó el primer tema, No hay nadie como tú.
La invitación del grupo era clara: “Bailar pensando”.
Entre canción y canción, el vocalista transmitió mensajes contra las restricciones migratorias; consignas nacionalistas y críticas a la industria discográfica. Incluso aseguró que hay muchos músicos que compran sus propios discos para aparecer en la Billboard Magazine. “Yo hago música porque me gusta”.
Su hermana Ileana Cabra, conocida como PG-13, se cubrió con la bandera ecuatoriana.
Una potente banda de músicos, en la que se combinan los trombones, la percusión y el teclado, inyectaba más vigor al dueto puertorriqueño.
En varias ocasiones preguntó: “¿Estamos vivos?”, y la euforia de la gente fue la mejor respuesta. Después dijo: “El que no grita es porque está muerto”.
El vocalista también cuestionó el papel de la prensa en el mundo. “Los titulares de los periódicos no reflejan la realidad. No están informando bien. No hay que leer un solo periódico sino todos, ni ver un canal, sino todos para conocer más realidades”.
Durante el concierto la gente no dejó de saltar; había cientos de personas con los brazos levantados que tomaban fotos y filmaban. Con la canción Pal Norte, el dueto cuestionó la política antimigratoria de Arizona, en Estados Unidos y se solidarizó con los emigrantes sin papeles.
Los policías que trataban de sostener la valla metálica que dividía el espacio reservado a los periodistas del público no lo lograban. Llegaron refuerzos.
Entre el vocalista y el público había una interacción que se fortalecía a cada minuto.
“Aquí hay demasiada energía, hay una vibra brutal”, dijo David Rodríguez, un admirador de este grupo, porque “no tienen pelos en la lengua”. Una de las canciones que más gustó a este muchacho fue Calma Pueblo, por su contenido social.