Un gran salón de Navidad se reflejó cuando dos enormes telones subieron en las instalaciones del Ballet Ecuatoriano de Cámara.
Trajes, vestidos de gala, regalos, un gran árbol decorado y una celebración bailable por las fiestas navideñas dieron inicio al tradicional cuento Cascanueces. En este, la pequeña Clara anhela tener ese muñeco por Navidad, mas en el trayecto se le presentan ciertos inconvenientes para poder conservarlo.
Uno de ellos, su hermano, el travieso Fritz. Mientras transcurre la escena del baile al que Clara, su hermano y sus padres fueron invitados por un honorable hombre de la ciudad, la suerte de Clara y su muñeco cambia.
Acompañada de ballet, con escenografías recreadas por los trabajadores del grupo, la obra presenta altos y bajos en el humor del público, pues los artistas tratan de llegar con él a todas las edades.
Aunque el énfasis está en los niños, el Ballet quiere que sea disfrutado por todos los asistentes a las presentaciones. Camila Guarderas, directora de los 44 bailarines en escena, dice que el propósito es que el cuento divierta a todos los miembros de la familia.
Extensos ensayos se han realizado con los artistas para que el acto se interprete sin fallas. La actuación de los bailarines es impecable. Pese a que Guarderas argumenta que les falta más por repasar y pulir cada escena.
Tras algunos cambios de escenario y después de luchar contra malvados ratones que se quieren apoderar del cascanueces, viene una batalla campal. El soldadito cobra vida y pelea contra el rey de los ratones por subsistir.
Una docena de bailarinas llenan el escenario luego del triunfo del muñeco. El hada del azúcar quiere hacerle a Clara un agasajo. Los trajes que ellas lucen son confeccionados por un equipo dirigido por Guarderas. Para ella, 30 años de trayectoria dan la pauta para saber cómo se deben hacer las escenografías y los vestuarios para cada presentación.
Al recibir todas las atenciones y observar con deleite el baile del reino de las nieves, Clara vuelve a la realidad y se da cuenta de que todo ha sido un sueño.
Las presentaciones de la obra infantil estarán recorriendo en estos días otras provincias y llegarán a Quito en una sola función, el 21 de este mes, en el coliseo Julio César Hidalgo, gratuitamente.
Otras obras realizadas
El Ballet Nacional de Ecuador realizó una difusión de los ritmos tradicionales más representativos de la cultura popular mestiza (sanjuanito, tonada y pasacalles).
El propósito de esa propuesta, que se llevó a cabo hasta el 1 de diciembre, fue festejar a Quito retomando ritmos tradicionales. Con la participación de la comunidad se ha recorrido la capital y sus parroquias urbanas y rurales.
El Festival se denominó Quito Baila Quito y con él se sacó a relucir el trabajo realizado por la colectividad a través de los diversos talleres ejecutados con la participación de escuelas, colegios, comités barriales y juntas parroquiales, entre otros.
Por lo que este 10 de diciembre se sellarán las presentaciones en la Plaza del Teatro Sucre, en el Centro Histórico, a partir de las 19:00. Las presentaciones del Ballet son gratuitas y están abiertas a todo el público en cualquiera de los espacios culturales.