El festival de música cristiana Fuerza de Paz convocó a cientos de personas hasta el coliseo General Rumiñahui. Cinco artistas cantaron para los fanáticos creyentes, quienes entonaron las melodías con los brazos levantados, los ojos cerrados y orando plegarias. Aunque el concierto estuvo anunciado para las 17:00, del pasado sábado, el show se inició a las 18:00. A esa hora, las localidades aún no estaban llenas. Pero la gente estaba impaciente y comenzó a silbar y aplaudir para que Rojo, Pescado Vivo, Tonny Tamayo, Edith y Álex Campos salieran a la tarima. El ecuatoriano cristiano Tonny Tamayo fue el primero en aparecer en el escenario. Con un grito de alabanza inició su show que duró cerca de una hora.La presentación de Tamayo tuvo tropiezos ya que los organizadores le apagaron el micrófono para no permitirle cantar con los grupos que él había llevado. Luego de casi 10 minutos de espera y luego de que el público coreara el nombre de su artistas, el sonido se restableció y Tamayo invitó al grupo callejero de rap Diestra y Siniestra a cantar con él. Ellos entonaron una canción y luego lo acompañó el grupo de baile de Tropical Dance. Las luces se volvieron a encender en el escenario deportivo. Esta vez la espera era por Rojo, grupo mexicano que fue formado en el 2000.Al ritmo del pop los cristianos cantaban en nombre de su dios. Los rezos y las alabanzas de gracias se reforzaron con esta agrupación, que cantó por más de 30 minutos. Como si fuese parte de un culto religioso, estos artistas lanzaron biblias a los asistentes. Para Vanessa Pereira, de 17 años, estos conciertos sirven para reforzar sus creencias. La estudiante es parte de una familia cristiana y aunque los grupos que se presentaron el sábado son sus favoritos ella acudió para escuchar los mensajes que tienen las canciones. Pereira cantaba con sus ojos cerrados y en dos ocasiones derramó lágrimas por las palabras que escuchó del cantante Emmanuel Espinosa, vocalista y bajista de la agrupación. Alexandra Bayas, de 24 años, compartía el mismo sentimiento de Pereira. Sin embargo, la empleada privada es cristiana desde hace cinco años. Ella es fanática de la agrupación Pescado Vivo y la escucha en su casa y en su trabajo. “Las letras de las canciones son profundas y te dejan mensajes valiosos”, explicó Bayas. Aunque el coliseo no se llenó, los gritos eran potentes cada vez que se nombraba a Jesús. Las edades no importaban, adultos, jóvenes y niños aplaudían a los artistas. Estos no dejaban de recordar una y otra vez los favores que han recibido de su iglesia. La presentación más corta fue la de la cantante, también mexicana, Edith. Ella interpretó tres canciones y luego salió de la tarima para dar paso a las demás agrupaciones.