Con nostalgia el cuencano Johnny Guambaña recuerda que en el 2006 falleció su amigo, Patricio Parra. En el cementerio Municipal de la capital azuaya le cantaron el tema ‘Al otro lado del silencio’, de la agrupación española Ángeles del Infierno.Guambaña, de 29 años, recuerda que su amigo era seguidor de la banda unos 16 años y fue un tributo interpretar esta melodía. Además, señala que tarareaban las canciones de los Ángeles del Infierno, en el concierto que ofrecieron en Quito, el 30 de septiembre del 2000.
El cuencano conserva un álbum de fotos en el que guarda el boleto del concierto de la agrupación española, que le costó USD 8. Para él fue como un premio estar en este show porque durante un mes estuvo en el cuartel.
Este rockero también conserva un cintillo que adquirió en USD 1 en los exteriores del coliseo Rumiñahui, en el 2000. Dice que en esa época no tenía dinero y asistir al concierto fue un sacrificio.
En ese año era estudiante del colegio La Salle y formaba parte del grupo Marmorium, en el que tocaba la batería. Por varias ocasiones cantaron temas de los Ángeles del Infierno como Sombras en la oscuridad, Pensando en ti, Prisioneros… Este último tema era dedicado a sus enamoradas.
Ahora, este cuencano está ansioso por la presentación de este grupo español, el próximo sábado en el coliseo Jefferson Pérez, de la capital azuaya. Esta banda llegará a esa ciudad mañana y antes de la presentación del sábado firmarán autógrafos en el Centro Cultural El Prohibido, ubicado en el centro de la ciudad.
Otro de los azuayos seguidores es Adrián Martínez. Se siente privilegiado al haber farreado y paseado en Quito y en Cuenca con los artistas. En la primera ciudad la banda estuvo cinco días antes de su concierto en el 2000.
Allí se hospedaron en el Hotel Reina Victoria. Según Martínez, su amistad con los organizadores del concierto le facilitó el acceso a ellos. En Cuenca esta banda ya se presentó en el 2004. Allí, asegura Martínez, los artistas estuvieron encantados de la arquitectura de la ciudad y “prometieron que iban a regresar algún día”.
Él conserva un póster que le autografiaron los músicos españoles y que lo conserva en un lugar especial de su habitación. También tiene otros artículos como camisetas, llaveros y CD.
Según Martínez, Ángeles del Infierno es una de las mejores bandas de heavy metal y unas de las agrupaciones internacionales que más visitó el país.
Ya se presentó en cinco ocasiones desde el 2000, la última fue en mayo pasado, en la capital de la República.
Juan Ramón Cevallos tiene un criterio comercial. Cree que Ángeles del Infierno es una banda clásica y por ello le gusta su música. Él sostiene en sus manos una hoja de un cuaderno, donde tiene anotados los momentos más especiales de la banda.
Uno de los datos que tiene escrito y que cuenta de forma detallada es que en 1978 se formó la banda bajo el nombre de The Flod. También cuando lanzaron su primer disco ‘Pacto con el diablo’ en 1984. Allí cambiaron su nombre por Ángeles del Infierno, porque consideraban que era más comercial, dice Cevallos.
Cevallos muestra una colección de la agrupación que incluye seis discos de este grupo. Entre ellos ‘Diabólica’, ‘666’, ‘Cara y cruz’ y ‘Joven para morir’.
Su último material fue lanzado en el 2003 con el título ‘ Todos somos ángeles’. Cevallos sigue a este grupo desde 1989 y siente admiración por sus letras.