Retrato hecho en Guayaquil por Julio Bascones, (circa 1883). En 1876 terminó la actividad comercial de Eloy Alfaro. Foto: Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
En todas las biografías dedicadas al general Eloy Alfaro, es común encontrar mención de sus actividades comerciales en Panamá. Los detalles brindados respecto de esas labores son usualmente parcos.
La mayoría de ellos se transcribe de una fuente común, el libro ‘Alfaro, el Garibaldi americano’, editado en 1916 por el secretario de Alfaro, Juan de Dios Uribe.
Escasa indagación adicional se ha desarrollado sobre el tema en los años transcurridos desde tal publicación.En la correspondencia personal y documentos de Alfaro que se han conservado hasta nuestros días, apenas unas pocas cartas corresponden a ese período.
Las ciudades portuarias directamente relacionadas con su periplo en esos años –San Francisco, en Estados Unidos, y Colón, en Panamá– sufrieron incendios y terremotos que destruyeron archivos esenciales, tanto comerciales como judiciales. A pesar de ello, una investigación dirigida a fuentes suplementarias permite develar su trayectoria de negocios.
Ese periplo se inicia, literal y simbólicamente, en 1864, cuando Alfaro abandona Ecuador a raíz de un fallido intento revolucionario.
En julio de ese año, la opción del exilio lo lleva a Panamá, por ese entonces jurisdicción aún adscrita a Colombia. Ha escogido el istmo en razón de conexiones familiares previas: varios comerciantes de apellido Alfaro, probablemente familiares de su padre, don Manuel, se hallan por ese entonces afincados en Panamá
. A pesar de esa presencia, el ámbito de los negocios no es propicio para él durante los primeros años: no existe evidencia de que estableciese una compañía independiente durante ese período.
Una carta del 25 de diciembre de 1868, dirigida a sus hermanos Manuel y Marcos, da cuenta de la situación: “Espero impasible y con confianza que mis desgracias e infortunios de hoy serán más tarde el galardón y el origen de una mejor ventura para todos nosotros.”
Siete meses más tarde, en junio de 1869, se publica el primer aviso de Eloy Alfaro & Co., en las páginas del diario La Estrella de Panamá.
En el mismo se publicita el futuro viaje de la Goleta ecuatoriana Agencia, con destino a Manta, con opción de flete y de pasajeros. Es la primera demostración concreta de la existencia de su firma comercial, con vínculos directos con el Ecuador.
La magnitud de su emprendimiento, empero, no parece haber alcanzado un nivel avanzado, como se puede colegir de la ausencia total de anuncios suyos en meses posteriores.
Tan solo un año más tarde, Eloy Alfaro & Co. habrá de convertirse en protagonista a carta cabal de la élite del devenir comercial de Panamá. Desde mediados de 1870 hasta principios de 1876, la firma estará presente con cientos de anuncios en las ediciones de La Estrella de Panamá y del Star and Herald.
La repentina bonanza revelada por tales publicaciones no se sustenta, empero, en un viraje de suerte puramente mercantil. La transformación se debe a la intervención de un adinerado comerciante colombiano arraigado en Jipijapa, de nombre Juan de Dios Zuluaga, más tarde accionista mayoritario del Banco de Crédito Hipotecario y del Banco Nacional.
Zuluaga acepta convertirse en socio de Alfaro, suministrando considerable capital a la novísima entidad. Más allá de la familiaridad geográfica con Alfaro, la razón de su intervención reside en un interés personal: envía a su joven hijo, Federico, a Panamá, para que participe directamente en las labores de la firma. Pocas semanas después del primer anuncio con Zuluaga, Eloy Alfaro & Co. se muda a una nueva y céntrica oficina en la Calle Giraldot, frente al Hotel Aspinwall.
A pesar de contrariedades puntuales -el Hotel Aspinwall se incendia días después de la mudanza- el trienio subsiguiente es el más exitoso de la carrera comercial de Eloy Alfaro. Viaja en varias oportunidades a San Francisco, Estados Unidos, donde establece firmes vínculos con la firma del acaudalado comerciante Eugene de Sabla. En Panamá, su firma se convierte en representante autorizada de Norddeutscher Lloyd, para la emisión de pasajes en buques de la compañía.
Fleta varios navíos, incluyendo las goletas Rosalía y Evangelina, para comerciar con Ecuador. En 1871 forma una sociedad bajo el nombre de J. L. Paniza & Co., con José Luis Paniza Ucrós, quien algo más tarde será pariente político suyo. En enero de 1872 hace parte de la creación del Club Comercial -integrado por la élite comercial de Panamá- del que es primer tesorero. Días después, contrae matrimonio con Ana Paredes Arosemena, cuya familia pertenece también a tales círculos.
La buena racha, empero, termina en 1873. En septiembre de ese año, el pánico financiero se desata en los mercados de Europa y de Estados Unidos. La crisis tiene efectos globales. Pocos meses más tarde, la sociedad J. L. Paniza & Co. es disuelta. Paniza continuó efectuando negocios bajo esa denominación social, pero ya sin la participación de Alfaro.
En julio de 1874, en carta a sus hermanos, Alfaro menciona que la situación de los negocios es difícil. Registros en Inglaterra, Estados Unidos y Ecuador confirman esa aseveración: juicios iniciados contra Eloy Alfaro & Co., y, personalmente, contra Zuluaga y Alfaro, dan cuenta de la gradual penuria de la firma. El anuncio final de la misma se publica en enero de 1876. Tan solo sentencias judiciales emitidas en 1877 y 1878 continuarán la saga de una carrera que ha concluido de tal modo.
*Historiadora, ensayista.