Los métodos restrictivos alteran el metabolismo. El cuerpo enferma con tratamientos generalizados donde se extrema la pérdida de peso. Foto: Wikicommons.
Las dietas funcionan cuando son personalizadas y contienen los nutrientes necesarios. Caso contrario, hombres y mujeres se someten a sacrificios que conllevan enfermedades como anorexia, bulimia, complicaciones cardíacas y el conocido ‘efecto rebote’, que produce a más de frustración, problemas psicológicos como pérdida de la autoestima, ansiedad y depresión.
En un estudio, Gary Foster, director clínico de Weight and Eating Disorders Program de la Universidad de Pensilvania, determina que el 65% de las personas que hace dieta vuelve al peso inicial en los siguientes tres años.
De este ‘efecto rebote’ fue víctima Julia Mantilla, quien bajó de peso tras someterse a una dieta restrictiva, pero que volvió a subir tras culminar el tratamiento y quedarse sin guía. “Era una dieta sin grasas y mínimas porciones de carbohidratos. No me sirvió”. Por ese tratamiento Mantilla pagó cerca de USD 1 000.
También fueron víctimas de un rebote las personas que participaron en ‘realities’ para bajar de peso, como sucedió en el show televisivo ‘The Biggest Loser’, de Estados Unidos.
Uno de los afectados fue Ryan Benson. Él llegó al programa con 330 libras y ganó un premio de USD 250 000 tras reducir su peso a 208. Ahora volvió a 300. “Ha sido duro para mí mantener el peso fuera del programa”, ha dicho Benson a los medios .
¿Por qué ocurre ese efecto? “Cada persona es un mundo diferente y requiere una dieta personalizada, que contenga todos los nutrientes”, asegura Jeanette Heredia, médica nutrióloga. Cada plan alimenticio –para subir o bajar de peso o mantener medidas– se diseña en función de la edad, de la talla, de la actividad física que realiza y hasta de las enfermedades que padece el paciente.
Seguir una dieta ‘prestada’ altera el sistema hormonal, debilita los huesos o altera el estado de ánimo. Y cuando es demasiado extrema, puede ocasionar la muerte. De esas dietas también fue presa Benson. En el 2005 confesó que para ganar el concurso perdió kilos ayunando y deshidratándose hasta orinar sangre.
En ese momento, The New York Times publicó que varios concursantes terminaron en el hospital. La mayoría de ellos recuperó una media del 20% del peso ‘perdido’ tras el concurso. El miércoles pasado, el show fue acusado de ‘drogar’ a los participantes.
Suzanne Mendonca, quien apareció en la segunda temporada de ‘The Biggest Loser’, dijo que los participantes usaban “anfetaminas, diuréticos o vomitaban en el baño” para conseguir el objetivo. Ella reconoció que vomitaba cada día. Esa declaración fue desmentida por los productores.
La nutricionista Jeanette Heredia dice que la única forma para bajar de peso de forma segura es haciéndolo paulatinamente, con asesoría especializada y el minucioso estudio del estado físico y químico de cada individuo.
Y aunque la reducción depende del compromiso de cada persona, el promedio de pérdida semanal de peso oscila entre los 800 gramos y un kilo. “Así bajamos de peso y nos mantenemos estables, sin hacernos daño”, dice Heredia.