Despedida la mujer que fue la más obesa del mundo en su ciudad natal egipcia

Eman Ahmed Abd El Aty, fue enterrada en la zona de Karmuz, después de que decenas de familiares y habitantes de su barrio natal, Al Zagar, oraran por ella en la mezquita de Al Amri de Alejandría. Foto: EFE

Eman Ahmed Abd El Aty, fue enterrada en la zona de Karmuz, después de que decenas de familiares y habitantes de su barrio natal, Al Zagar, oraran por ella en la mezquita de Al Amri de Alejandría. Foto: EFE

Eman Ahmed Abd El Aty, fue enterrada en la zona de Karmuz, después de que decenas de familiares y habitantes de su barrio natal, Al Zagar, oraran por ella en la mezquita de Al Amri de Alejandría. Foto: EFE

Decenas de habitantes de la ciudad egipcia de Alejandría, en la costa mediterránea, despidieron hoy 26 de septiembre del 2017 a la que fue la mujer más obesa del mundo, con 500 kilos, tras su muerte el lunes 25 de septiembre del 2017 en el hospital de Abu Dabi donde recibía tratamiento.

La agencia oficial de noticias egipcia, MENA, detalló que Eman Ahmed Abd El Aty, de 37 años, fue enterrada en la zona de Karmuz, después de que decenas de familiares y habitantes de su barrio natal, Al Zagar, oraran por ella en la mezquita de Al Amri de Alejandría.

Abd El Aty, que había sido ingresada en el hospital emiratí Al Beryil a principios de mayo del 2017, falleció la madrugada local del lunes 25 de septiembre del 2017, debido a complicaciones cardiacas y una insuficiencia renal, derivados de su exceso de peso, a pesar de que había perdido más de 300 kilos.

La mujer fue trasladada a Emiratos Árabes Unidos desde la India, donde fue sometida a una operación el pasado febrero del 2017, gracias a la cual consiguió bajar de 500 a unos 177 kilos.

El caso de Abd El Aty se hizo muy conocido cuando fue trasladada a la India en un avión fletado en un  expresamente por la compañía egipcia Egyptair, después de haber estado años encerrada en su casa de Alejandría, donde no fue tratada por su obesidad.

Después de perder peso en la India, los médicos en Emiratos trataban de rehabilitar sus articulaciones para que pudiera sentarse en una silla de ruedas, tras pasar años tumbada. Además, padecía fiebre, infecciones urinarias y llagas por estar postrada en cama y hace dos años sufrió un coágulo cerebral que le había afectado la capacidad de habla y de movimiento.

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