El color es un elemento que refuerza las composiciones. Foto: Cortesía Luis Carguacundo
Las fotografías de rincones y edificaciones patrimoniales y de los sitios emblemáticos de Riobamba se convierten en auténticas obras decorativas para las paredes en las manos de Luis Carguacundo.
Él es un estudiante politécnico que se propuso aportar ideas para la decoración interior y exterior, pero con identidad riobambeña. A sus 25 años, Luis espera revolucionar los apliques para paredes disponibles en el mercado solo utilizando la cámara fotográfica de su teléfono celular y su computadora.
“Miraba las imágenes redundantes y repetitivas que la gente suele utilizar en sus decoraciones. Siempre me pareció que se trataba de opciones estéticas, pero aburridas”.
La ‘diversión’ que el joven buscaba para mejorar la apariencia de las paredes la encontró en una aplicación gratuita para su celular. La aplicación le permite capturar fotografías con efecto planeta. Es decir, las imágenes no lucen planas como en una foto convencional, sino redondas, como si fueran pequeños planetas.
La idea maduró aún más cuando en uno de los talleres de la Escuela de Diseño Gráfico de la Espoch, Luis aprendió sobre la composición del color, las formas y las figuras. “Me di cuenta que la composición natural de los colores que tenía en mis fotografías me daba la opción de crear nuevos diseños tan solo replicándolas. No podía creer las fabulosas imágenes tan fuera de lo común que obtenía, por eso me apasioné por el proyecto”.
Así empezó una especie de ‘experimento gráfico’. Utilizando un programa de computadora, Luis extrajo el módulo de cada figura (la imagen central), lo acomodó y replicó de diversas formas creando unos mosaicos hechos de copias de una misma fotografía.
El proyecto se denominó Bolsillo, pues el arte se inicia al sacar su teléfono de su chaqueta o su pantalón. “Me agradaba que la gente se esforzaba por adivinar qué espacio de Riobamba miraban en mis apliques. No se trataba de una simple decoración que uno olvida a los pocos minutos de haberla visto, sino que atrapaba a los espectadores y esa era la diversión que yo buscaba”.
La primera aplicación de los diseños es para decorar paredes, como papel tapiz. Los diseños son ideales para ambientar habitaciones, estudios, comedores, salas… pueden utilizarse como viñetas, únicamente en un tramo de la pared, o cubrir completamente las mamposterías y muros.
Pero esa no es la única opción para exhibir los diseños. También pueden transferirse al vinilo y utilizarse como decoración en mesas y estantes. En el futuro, incluso,Carguacundoespera diseñar alfombras con el patrón de los mosaicos.
“La aplicación de los diseños no tiene límites y depende de las necesidades de cada espacio y de cada persona. La idea es colocarlos como punto focal de atención en un ambiente”, cuenta el joven.
El proyecto, que se inició el año pasado, tiene como primera vitrina los espacios públicos de Riobamba; también se publicará un libro. “La idea es difundir nuestros diseños al iniciar formalmente un emprendimiento. En el mercado de la decoración están de moda los diseños minimalistas y ese es nuestro fuerte”.
El catálogo con los 22 diseños disponibles al momento puede mirarse siguiendo el hashtag #Bolsillo en las redes sociales. A través de ese mismo medio, se puede solicitar la instalación de los mosaicos elegidos en viviendas y oficinas.
Los diseños pueden colocarse sobre las paredes utilizando materiales como empapelados hipoalergénicos y lavables o aplicaciones de vinilo, PVC u otros parecidos. Colocarlos no es una tarea complicada. Se requiere limpiar el polvo de las paredes, asegurarse de que la superficie esté lisa y de que no existan filtraciones para que no queden bolsas de aire al final.
Los costos dependen del diseño elegido por el cliente y el material en el que se imprimirá. En el catálogo hay opciones disponibles a partir de USD 20/m². El precio no incluye la instalación.