La viuda de Camilo José Cela reveló hoy, pasados ya diez años de la muerte del Premio Nobel de Literatura, que éste mantuvo numerosas aventuras extramatrimoniales, fruto de las cuales dejó un buen número de hijos “esparcidos por el mundo”.
“Sólo tuve conocimiento de tres o cuatro de sus múltiples relaciones, cuando el número había sido muy superior, como también lo era el número de hijos naturales esparcidos por el mundo, que en su mayoría eran varones y todos, o casi todos, llamados Camilo José”, escribió Marina Castaño en la revista femenina “Telva”.
En el artículo de varias páginas titulado “Don Camilo y las mujeres”, Castaño presenta al fallecido como “un hombre reacio a caer en ninguna tela de araña amorosa”, que “nunca había expresado sus sentimientos porque no los había tenido” y que “nunca había ligado el amor y el sexo, porque no había amado”.
La viuda y periodista, 42 años más joven que el escritor, afirma que éste tuvo con su primera esposa, Rosario Conde, una relación meramente “administrativa”. Y acto seguido describe varias de las aventuras de Cela, entre ellas con una mujer en Venezuela, con la esposa de un médico en Mallorca o con “una conocida actriz en activo”, de la que no revela su nombre.
“La verdad es que fueron varias las actrices con quienes mantuvo relaciones puramente sexuales, ya que otro tipo de vínculo no le interesaba”, escribió Castaño. “De todas ellas tuve conocimiento, y si coincidíamos con alguna, las miradas que me dirigían eran de pura irritación”, añadió.
En el artículo, Marina Castaño afirma que cuando el escritor y él se conocieron, Cela atravesaba meses de estrechez económica, tras haber sido “desplumado” por una empresa de producciones a la que cedió los derechos de sus obras, y pasó meses en un chalet alquilado a las afueras de Guadalajara.
“Marina, o me sacas de aquí o acabaré escribiendo como Gironella”, le dijo Cela, según el artículo en el que Castaño cuenta que pocos meses después, en 1989, Camilo José Cela fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.