La Tate Modern de Londres, el museo de arte contemporáneo más visitado del mundo, se aseguró ayer (20 de enero) una década de exposiciones en su icónica sala de turbinas, gracias a un acuerdo de patrocinio con el fabricante de automóviles Hyundai.
La Tate Modern, inaugurado en el año 2000 en una vieja central eléctrica enclavada en la orilla sur del Támesis, firmó un acuerdo calificado de “multimillonario” -del que no se facilitó la cifra-, que se extenderá hasta 2025 y se destinará a los artistas que expongan en la sala de turbinas.
Esa codiciada sala es un espacio vertical de 35 metros de altura y 152 metros de longitud, destinado generalmente a obras de gran tamaño y en el que han expuesto artistas como la franco-estadounidense Louise Bourgeoise, el español Juan Muñoz, el anglo-indio Anish Kapoor o el danés Ólafur Eliasson.
El patrocinio se dirigirá a “continuar comisionando artistas para que hagan grandes esculturas y otras instalaciones en esta sala”, explicó Nicholas Serota, director del Grupo Tate, que engloba cuatro museos en el Reino Unido (Tate Modern, Tate Britain, Tate St Ives y Tate Liverpool). La Tate Modern tiene un proyecto de reforma, con un presupuesto de USD 353 millones.