La palabra profunda y dolorosa del gran poeta peruano César Vallejo sigue supurando como grata herida abierta tras los 120 años de su nacimiento, efeméride que se cumplió ayer.
Si Google, en su presentación para Perú, le rindió homenaje con un ‘doodle’, que representaba al vate en una banca de parque; nosotros optamos por volver a la lectura de su poesía, esta vez con el tono y el sentimiento de Idilio muerto.
César Vallejo nació en Santiago de Chuco, el 16 de marzo de 1892 y falleció el 15 de abril de 1938, en París.
Idilio muerto
Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce
Rita de junco y capulí; /
ahora que me asfixia
Bizancio, y que dormita/
la sangre, como flojo
cognac, dentro de mí.
Dónde estarán sus manos que en actitud contrita/
planchaban en las tardes blancuras por venir;/
ahora, en esta lluvia que me quita/
las ganas de vivir.
Qué será de su falda de franela; de sus /
afanes; de su andar; /
de su sabor a cañas de
mayo del lugar.
Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,/
y al fin dirá temblando: «Qué frío hay… Jesús!»/
y llorará en las tejas un
pájaro salvaje.