Elena Poniatowska no se considera sabia e incluso ahora, a sus 81 años y a pocos días de recibir “muy emocionada” el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras hispánicas, afirma que carece de respuestas para todo y que se ha pasado la vida haciendo preguntas.
“Siento que es un reconocimiento a alguien que no tiene una sola respuesta y que lo único que ha tenido a lo largo de la vida son preguntas y más preguntas y solo preguntas”, dijo la escritora mexicana en una entrevista con EFE.
Unas preguntas que nunca se agotan porque “nunca he tenido -insiste- una sola respuesta”, “siempre estoy buscando que alguien me explique por qué estamos aquí sobre la tierra y para qué, de qué servimos, de qué se trata, finalmente, estar aquí”.
El próximo 23 de abril, Poniatowska recogerá en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá (Madrid, España) el Cervantes, un premio que según el acta del jurado se le otorgó por su “brillante” trayectoria literaria y una dedicación “ejemplar” al periodismo siempre desde un “firme compromiso con la historia contemporánea”.
“Para mí es sorprendente y es un gusto enorme (recibir el premio) porque yo soy como usted finalmente, soy periodista, soy una gente que toda la vida he hecho crónicas, he hecho reportajes, he hecho millones, miles de entrevistas”, rememoró.
Elena Poniatowska no suele decir “no” a nadie, atiende el teléfono a quien la llama, saca tiempo para atender a quien se lo pide y responde a todo, al igual que ella preguntó todo a las miles de personas que ha entrevistado, desde el panadero de la esquina, hasta figuras como Diego Rivera, Octavio Paz o Luis Buñuel.
Otra de las cosas que más le preocupa estos días es el discurso que tendrá que leer en la recepción del premio, que está reescribiendo tras un intento fallido en el que quería hablar sobre grandes mujeres en la historia y las mujeres de Cervantes.
Aún así, la rebelde ‘Princesa Roja’ defensora de las causas de la izquierda confía plenamente en los mexicanos “que tienen una capacidad de aguante enorme”, aunque “les faltan buenos gobiernos”.
Viajar a España es además “una gran responsabilidad” para Poniatowska porque va con toda su familia, con sus hijos Emmanuel, Felipe y Paula que tuvo con el astrofísico Guillermo Haro y sus diez nietos, a los que la periodista y escritora ha prometido dedicarles los libros que le quedan por escribir.
Ellos van unos días antes aprovechando las vacaciones escolares y todos regresan el 26 “porque la escuela empieza para los niños”, explicó, y para ella también, “otro tipo de escuela” a la que lleva asistiendo cada día con disciplina desde que eligió la profesión de contar el mundo con sus palabras.