José Miguel Salem. Desde pequeño supo que su vocación estaba encaminada hacia las artes escénicas.
Su primer musical lo dirigió de niño, en la sala de su casa. Invitó a sus tíos, padres y abuelos. Los obligó a que le compren boletos a 1 sucre para que vean la que él, en ese entonces, promocionaba como “la mejor obra del mundo”.
Tenía 11 años. Corría el año 1975. Vivía en el Barrio Centenario, en el sur de Guayaquil. Recortó papelitos coloridos para hacer las entradas. Necesitaba asientos.
Se las ingenió para conseguir la mayor cantidad de sillas y las colocó en hileras para elevarlas a la categoría de butacas de teatro.
Necesitaba iluminación. Colocó lámparas de escritorio en las cuatro esquinas del escenario. También estiró en el suelo una sábana blanca, como tapete.
Montó un pequeño Royal Albert Hall (emblemático teatro de Londres) en la sala de su casa. Dirigió a sus pequeñas primas para que realicen una coreografía bailada. También a sus primos para que parodien a los integrantes de la familia: a los tíos, a los padres, a los abuelos, a los nietos y hasta a las mascotas de cada uno de ellos.
Otros se encargaron de musicalizar la obra al estilo Les Luthiers: agarrando lo que esté al alcance de sus pequeñas manos como latas de atún y ollas de cocina. Estaban, también, los que cantaban.
José Miguel Salem tiene 48 años. El mes pasado recibió un reconocimiento de la Casa de la Cultura Núcleo Guayas por sus 24 años dedicados a la dirección de musicales en Guayaquil.
“Es un apasionado por el arte. Hace todo con la mejor calidad posible. Desde el comienzo sabe lo que quiere de cada actor. Es muy exigente y por eso sus musicales son de gran calidad”, dice la soprano Lucciana Hakmann, quien tuvo el rol protagónico en ‘La Novicia Rebelde’.
Este musical es el último dirigido por Salem. Este domingo 16 de septiembre, a las 11:30, se realizará la última función en el Teatro Centro de Arte de Guayaquil.
“Al principio uno piensa que es muy estricto. Pero después uno se da cuenta que vale la pena porque sus musicales quedan muy bien”, considera el actor Patricio López, quien ha aparecido en varios de sus musicales, entre esos, ‘Aladino y la lámpara maravillosa’ y ‘La bella y la bestia’ .
En 1977, cuando Salem tenía 13 años, se mudó junto con su familia a Nueva York (EE.UU.). Ese mismo año su padre lo llevó a Broadway para que vea el musical ‘The Wiz’ , cuya letra y música son de Charlie Smalls y el libreto de William Brown. Quedó impresionado con el destello de luces y la majestuosa escenografía.
“Eso es lo que quiero hacer de grande”, se dijo como quien lanza una promesa al aire.
Terminó la secundaria en un colegio militar de EE.UU. Y en el medio tuvo tiempo de ver casi cien musicales más.
Cuando regresó a Ecuador, en 1988, con apenas 24 años, dirigió su primer musical. Hasta entonces no se habían montado en la ciudad espectáculos de ese tipo. Su musical se llamó‘Una noche en Broadway’. Fue creación suya. Se inspiró en musicales que había visto en Broadway como ‘Años Treinta’ y ‘Estación Central’.
“Triunfamos. Fue un éxito. Tuvimos cuatro semanas de teatro. Nadie sabía nada acá (en Guayaquil) sobre estos espectáculos. Empezamos a hacer musicales en esta tierra de nadie”, dice.
La inversión, en ese entonces que circulaba el sucre fue astronómica: “¡ 50 000 dólares!”. Entonces comprendió que una de las etapas más fuertes en la realización de musicales es la producción. Por ello, dice, son muy pocos los que se dedican en el país al montaje de musicales.
Uno de los espectáculos que más dolores de cabeza le causó fue ‘The Magic of Christmas’. Para una escena tuvo que construir una juguetería de tamaño descomunal; los juguetes tenían que ser más grandes que los actores.
Quien está a cargo de la escenografía en sus musicales es Patricia Macías de Alvarado, su madre. Ella manda a confeccionar, a los proveedores asignados, todos los elementos escenográfico.
“Es muy perseverante. Nunca para. Siempre ha tenido éxito artístico, pero a veces no económico”, comenta su madre.
El vestuario siempre es diseñado por su tía Silvana Boloña de Macías. En total, tras escena siempre participan alrededor de 40 personas entre maquilladores, peinadores, utileros, tramoyistas, publicitarios, diseñadores…
Para todos los musicales que no son de su autoría ha tenido que adquirir, previamente, los derechos en el extranjero. “Por lo general se les entrega un 8 por ciento de lo que se gana en taquilla”.
Así ha podido dirigir ‘El mundo de Oz’, ‘La bella y la bestia’ , ‘High School Musical’, entre otros.
Para escoger a quienes estarán en escena en sus musicales, Salem realiza audiciones. Por lo general, tiene que buscar por separado cantantes, bailarines y actores, lo cual resulta más costoso.
En EE.UU., mediante la modalidad triple ‘threat’, muchas escuelas tienen una educación integral en la que los artistas de musicales reciben formación tanto en canto, actuación como en baile.
Sobre José M. Salem
Desde 1988, ha dirigido 30 musicales, entre esos, ‘El mundo de Oz’, ‘Aladino y la lámpara maravillosa’, ‘La bella y la bestia’ , ‘High School Musical’, ‘La Cenicienta’, recientemente ‘La novicia rebelde’, entre otros.
El 29 de agosto de este año, la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas le otorgó el ‘Premio Esperanza Cruz’, por serel pionero en la ciudad en la rama del teatro musical.
En 1990, el Municipio de Guayaquil le entregó un reconocimiento al’ Mérito Artístico’ por su trayectoria como director de musicales.
Sus espectáculos han sido presentados en Guayaquil, Quito y Cuenca. La música está a cargo de Gustavo Vargas.
En 1990, José Miguel fundó la escuela Danzas Jazz, que actualmente tiene cuatro sucursales en Guayaquil y se dedica a la formación de bailarines.