[[OBJECT]]El logo del Premio Nacional de Artes Mariano Aguilera va de la huella del brochazo a un trazo pixelado, como abriéndose al cambio y contemplando el amplísimo espectro de las artes. También como una representación gráfica de la reestructuración del certamen, cuyas nuevas bases se presentaron ayer en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC).
El montaje del Mariano Retro en el 2010 dispuso, además de una retrospectiva del trabajo de los artistas ganadores del galardón en sus 58 ediciones, la necesidad urgente de relanzar el certamen. Problemas de organización y dilemas entre los artistas y los jurados o curadores marcaron el declive del Mariano Aguilera el 2008, pero ya en el 2010 se planteó, como inicio de una nueva vida, cambiar la anacrónica figura del Salón por la de Premio.
En el proceso de reestructuración fue clave la acción del comité de transición, coordinado por Vilky Pérez, que integró las recomendaciones de Lenin Oña, Mauricio Bueno, Magdalena Pino, Rodolfo Kronfle, Marcelo Aguirre y Hernán Pacurucu.
Después de ello, la reestructuración se concretó con la labor de Ana Rodríguez, directora del CAC; Ana María Armijos, cabeza de la Fundación Museos y Ana Rosa Valdez, responsable del Premio en el CAC. Las tres Anas del Mariano estudiaron lo acontecido previamente con el Salón y otros certámenes similares que se realizan en el país y fuera de él; además consultaron y se entrevistaron con teóricos de arte, en un proceso de análisis y propuesta.
El aspecto destacado de la reestructuración es la división del premio en dos modalidades de reconocimiento: el Premio Mariano Aguilera a la Trayectoria artística y el Premio Nuevo Mariano (Becas de creación e investigación).
La primera modalidad entregará un premio de USD 20 000 y armará una muestra antológica (museografía, curaduría y publicación de catálogos por parte del CAC) de un artista, con una trayectoria mínima de 15 años. Esta candidatura puede ser propuesta por una institución cultural, sean museos, centros, universidades, galerías, espacios independientes u organizaciones sociales.
Al ser un premio adquisición, el ganador de esta modalidad entregará al Municipio de Quito una obra avaluada en USD 5 000.
La segunda se estructura en una modalidad similar a la de fondos concursables y reconocerá a un máximo de 10 proyectos o un mínimo de cinco, que se postulen para las categorías de Creación, Investigación, Publicación. Curaduría o Nuevas pedagogías. Los postulantes son personas naturales de hasta 45 años; algo debatible tomando en cuenta que la madurez del investigador puede enriquecer la propuestas; sin embargo, la organización argumenta, apoyada en el espíritu originario del Mariano, que buscaba reconocer a artistas emergentes .
A cada premiado se le asignará USD 10 000 y se le dará un seguimiento que comprenda asesorías, espacios de trabajo, etc.
Para no complicar a los artistas e investigadores con trámites burocráticos, la organización pensó en mecanismos que se apeguen a la legalidad y que, a la vez, permitan que los artistas premiados no se sometan a la entrega de garantías.
Un comité técnico, compuesto por Trinidad Pérez, Romina Muñoz, Melina Wazhima, Édgar Vega y Miguel Alvear, hará una preselección de los postulantes para ambas modalidades y designará un único jurado con dos jueces extranjeros y uno nacional. Este jurado realizará entrevistas a los candidatos y dictará un veredicto según los criterios y de análisis y valoración incluidos en las bases del Mariano Aguilera.
Con este cambio en sus dinámicas, al Mariano se le insuflan nuevos aires, aires que también se prestan y se abren para la reflexión, el debate y la crítica, que son siempre saludables.