Por ahora, las 350 butacas de MAAC Cine están vacías. Esta sala comenzó sus proyecciones en el 2003, bajo la premisa de presentar al público guayaquileño cine arte, alejado de los circuitos comerciales que ya existían.
Entonces, el Banco Central designó a la organización Ocho y Medio para que administre el espacio. Y, poco a poco, fue atrayendo un público que se volvió cautivo; pero surgieron problemas entre lo que se esperaba del espacio, en términos financieros y la visión de mantenerlo como un sitio exclusivo para cine arte.
Billy Navarrete fue el programador del espacio hasta abril de este año, mientras el contrato entre el Ministerio de Cultura y Ocho y Medio se renueve, ya que extraoficialmente se conoce que la organización ganó el concurso de licitación para ser administradores de la sala este año.
“Programar una sala de cine, como el MAAC, no es solo cuestión de conocimiento o cinefilia, sino de gestión cultural responsable. Por ejemplo, “algo fundamental es el pago de derechos”, explicó Navarrete en una entrevista anterior a este medio.
El espacio no solo está dedicado al cine, también allí se presentan conciertos, teatro, festivales de danza, cine documental, etc. Para las películas cuenta con un proyector de 35 mm y uno digital, que debe ser reparado; la renovación de esta tecnología es una de las necesidades de la sala.
Los cambios de los operadores de la sala, explica Andrés Massuh, presidente de la Asociación de Cineastas, afectó al MAAC Cine. “El período en que estuvo a cargo la Espol, el público se alejó, al igual que los creadores. Lo que se había hecho desde el inicio hasta entonces se perdió”.
El cineasta se refiere al año y tres meses de gestión como programador de la sala de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), que la tuvo a cargo desde el 2007 hasta inicios del 2008.
“Había un tema de reducción de costos. Lo que se había creado, desapareció. Hoy la sala está cerrada y pareciera que no sucede nada”, añade Massuh.
La sala se cerró en abril para iniciar un proceso de mantenimiento de la misma, pero principalmente hasta que se designe el nuevo programador.
Jorge Saade, Director Regional Cultural, entidad a cargo de los espacios que fueron del Banco Central, explicó que la información sobre proyectos, planes y cambios para la sala se los anunciará cuando se anuncie al nuevo programador.
MAAC Cine tenía un promedio de 25 personas por función en el último año, aunque hubo casos de funciones canceladas porque no había público. “En los 15 meses de gestión tuvimos buena asistencia. Las metas como proyecto se cumplieron”, señala el escritor Marcelo Báez, quien estuvo a cargo de la programación de la Espol, desde mediados del 2007.
“Abrimos las puertas a todos los sectores, incluso marginales. Hicimos funciones gratuitas. Promotores nuestros iban a barrios marginales para traer a gente a las proyecciones”, acota Báez.
Según sus datos, durante el año de gestión de la Espol el espacio recibió 56 500 personas. Mientras que durante el 2010 y los primeros meses del 2011, entre las salas de Guayaquil y Manta se tuvo 35 000 espectadores.
El cine arte no es masivo, recalca Massuh. “Los números no dan para lograr una rentabilidad financiera de la sala. La formación de público que quiera cine arte es una inversión, toma años. La cuestión política influye en la gestión del MAAC Cine”.
Para Báez, el público cinéfilo guayaquileño aún está en formación y creció en estos años.
Mientras se anuncia al operador, la sala se abre para eventos especiales. Uno de los últimos, un concierto de música montubia.
Ocho y Medio programará y operará cine en estas salas
Mariana Andrade, directora de Ocho y Medio, señala que esta es la tercera ocasión que Ocho y Medio gana un concurso como proveedor de las salas de Guayaquil y Manta. Solamente en el 2007 no participó, por discrepancias con las políticas culturales del BCE; entonces la Espol se encargó de ellas, por 15 meses. Ahora en 2011, obtiene la calificación, tras la convocatoria a concurso realizada en mayo de este año.
El concurso se realiza a través del Sistema Nacional de Contratación Pública. En la última convocatoria participaron 321 proveedores. Ocho y Medio, como ganador del concurso de merecimientos, asume la programación y la operación, en cine, de las salas por un año. Como pago por ello, la compañía recibe anualmente USD 165 300, monto que cubre los costos de personal de operación, de programación de Quito, Guayaquil y Manta, de elementos de promoción y del pago de derechos.
Andrade aclara que no se trata de un auspicio, un fondo concursable o una subvención, sino de un contrato de provisión de servicios.
La administración de estas salas será compartida con la Dirección Regional del Ministerio de Cultura, pues esta entidad definirá la programación y la operación de otros eventos culturales, que no sean de cine. La programación cinematográfica planteada por Ocho y Medio será revisada mensualmente por el CNCine.