No se equivocó quien, luego de escucharla en Nueva York, dijo que el jazz que presenta Cristina Morrison es como una brisa fresca para el género. Con música y letras propias, la cantante ecuatoriana irrumpe en un escenario en el que más bien hacer ‘standars’ es la norma.
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Las nueve canciones, de las cuales seis son de su autoría y tres son ‘covers’, que trae el disco ‘I love’ tienen una base de jazz muy fuerte y sólida “pero con un ‘twist’ porque no encuentras tanta gente que haga jazz original, con letras”, dice Morrison. A ese ‘twist’ aporta la composición musical, a cargo del también ecuatoriano Christian Hidrobo, con quien Cristina Morrison ya ha compartido tablas y creación en la agrupación La Baronesa y sus amantes, en la década de los 90, principalmente, cuando empezó a incursionar en el jazz.
Con una presencia escénica más trabajada, fruto de su experiencia teatral, ella siente que su música fluye distinto ahora.
El disco está disponible desde hoy con este Diario, a un costo de USD 5, luego en los conciertos de presentación que habrá en Guayaquil el 30 de marzo (Diva Nicotina) y Quito (El Pobre Diablo), el 31; además de en todos los locales de Libri Mundi.
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