Muchas veces la ciudad de Quito ha sido retratada utilizando expresiones artísticas como la pintura, fotografía, textos, cine, etc. En ese largo trajinar de creadores, esta vez le toca el turno de mostrar su versión de Quito a Guillermo Echeverría en ‘Encuentros fortuitos’.
La exposición se exhibe en el Centro Cultural Las Luciérnagas, y estará abierta hasta finales de mes. Son 12 imágenes en blanco y negro que presentan detalles de una ciudad en los que cada vez menos personas reparan; son una invitación a la contemplación, sin prisas.
Esta muestra tiene relación con la ‘Quitología’, proyecto iniciado por el poeta Ulises Estrella y cuyo objetivo es presentar la ciudad de Quito a los quiteños, utilizando las artes como medio de divulgación. Y eso es notorio en las fotografías de Echeverría, que muestran la ciudad en actitudes reposadas, distintas. Es así que, ante los ojos de quien las mira, se recrean situaciones que ocurren en sitios como el Centro Histórico, Nayón, Sangolquí, etc.
Para Ulises Estrella lo que Echeverría consigue en estos encuentros fortuitos es “volver a las raíces de la factura fotográfica y recuperar esa dinámica artística que consolida este género a la par con las artes plásticas”. El poeta se refiere a las imágenes que, a pesar de estar en blanco y negro, no dejan de retratar el color que tiene Quito y su gente.
Según Echeverría, su fotografía encuentra en la cotidianidad de las personas la motivación ideal para capturar aquellos detalles que muchas veces son imperceptibles.
Por ejemplo, en ‘El portaestandarte’, el fotógrafo quiteño captura el momento en que un estudiante, abanderado de su colegio, sostiene una bandera; junto a él, un vendedor de algodones de azúcar lleva a cuestas su negocio con el mismo gesto que el estudiante lleva la bandera. La primera impresión de la imagen puede resultar cómica. Pero lo que pretende Echeverría es motivar la reflexión en quien mira la foto: por un lado mostrar al estudiante que tuvo la oportunidad de recibir preparación académica; por otro, el vendedor ambulante que se gana la vida en las calles, y levanta su fuente de ingresos económicos cual estandarte.
Al fotógrafo lo que le interesa es que sea la misma gente quien le dé sentido a sus imágenes. Es así que en ‘El angelito’ captura el instante en que un sacerdote abraza a una mujer ante los ojos de un ángel. Por la idea asexuada que se suele tener de un sacerdote, el impacto visual de la foto es fuerte; pero la interpretación que se le puede dar a la obra, subyace en la reflexión personal de cada espectador.
Estos son solo dos ejemplos de las fotografías que se muestran en una de las salas del Centro Cultural Las Luciérnagas (Orellana E9-38, entre Yánez Pinzón y 6 de Diciembre). La entrada es gratuita y se puede visitar el lugar de lunes a viernes, de 16:00 a 19:00. Además, en el mismo Centro Cultural, Guillermos Echeverría impartirá talleres de iniciación a la fotografía y de apreciación fotográfica el 3, 10, 17, 24 de abril y 8 de mayo. Las inscripciones continúan abiertas.