Las hay de madera, metal, hueso, marfil, porcelana, cristal o plástico. También sencillas, con llaves o con curvaturas, y en varios tamaños. Están entre los instrumentos más antiguos de la historia y han sido parte de la herencia musical de distintas culturas alrededor del mundo.
Las flautas han sido fundamentales en la interpretación musical, y esta semana son el centro de atención de los músicos académicos en la III Convención Internacional de flautistas en el Centro del Mundo.El maestro Luciano Carrera es un reconocido flautista ecuatoriano que dirige esta Convención y el festival de flautas que este año llegó a su vigésima edición. Entre las muchas que ha tocado a lo largo de su trayectoria, se destaca una flauta en do, hecha en oro y plata. Este es un instrumento de orquesta, y tiene un sonido intermedio. Por eso es una de las más comunes.
Carrera la saca de una caja que está dentro de un estuche de cuero. El instrumento descansa sobre una superficie aterciopelada y en menos de un minuto está lista para ser tocada.
Esta flauta comparte espacio con el picolo, un instrumento muy pequeño (de ahí su nombre de origen italiano). Tiene un sonido muy agudo, que está a una octava de diferencia de la flauta en do. También se emplea en orquestas sinfónicas.
“Hablando de la flauta moderna, nosotros podemos tener desde el picolo hasta la doblemente baja”, dice el maestro Carrera, pues explica que esta familia de instrumentos musicales es muy extensa. Por eso, entre los conciertos que se prepararon para esta edición de la Convención también habrá una presentación junto a la Orquesta de Instrumentos Andinos, dirigida por el maestro Patricio Mantilla, donde se usan instrumentos de viento como la quena o la zampoña, también ‘parientes’ de estos instrumentos modernos.
Entre las artistas invitadas a la Convención de este año está Wendy Rolfe, maestra de flauta en el Berklee College of Music, de Boston. Rolfe se dedica a tocar flautas modernas e históricas. Ayer, en medio de una de sus clases magistrales, sacó uno de los instrumentos de su colección. Se trata de una flauta de estilo barroco, que se usaba hace más de 300 años. Hoy se siguen fabricando bajo pedido en Alemania, donde aún se conserva su tradición. A diferencia de la flauta en do o del picolo, que tienen varias llaves, esta tiene apenas una. Este tipo de flautas son diseño de Joaquín Quantz, quien fuera maestro de Federico El Grande, rey de Prusia.
Para esta flautista, interpretar música con un instrumento tan sencillo es un ejercicio de aprendizaje constante. El hecho de que tenga solo una llave no dificulta su trabajo sino que más bien lo resalta, pues le permite dar carácter a lo que interpreta.
La artista también conoce de otros tipos de flauta como la alta o flauta en sol (a una cuarta de diferencia de la flauta en do) o la baja, con un sonido más grave.
Estos instrumentos no tienen un uso en particular que las encasille en un tipo de música u otro, puesto que se caracterizan por su versatilidad.
Carrera afirma que la música tradicional se puede tocar con instrumentos barrocos o modernos, como es el caso de las obras de célebres compositores como Bach. “Pero hay conciertos y sonatas para flautas altas, bajas, picolos, flautas en do… En estos casos se hacen arreglos donde se juntan todas y eso permite lograr un color encantador”. Allí confluyen las diversas posibilidades del dulce sonido de la flauta.