Como un estigma sobre la Policía Nacional y el Estado ecuatoriano califica Pedro Restrepo la desaparición de sus hijos, Carlos Andrés y Santiago, en una escena registrada en ‘Con mi corazón en Yambo’. La cinta fue realizada por la menor de la familia, Fernanda.
Tras la proyección de la película y, acaso, con las emociones descansadas, Fernanda conversa. La tesis para el documental – dice – es la lucha contra el olvido.
La modalidad utilizada en este filme empata con las tendencias actuales del género. El punto de vista subjetivo refleja una historia personal que trasciende el entorno familiar para dialogar con el contexto histórico y social del país. “Nunca me planteé la objetividad, debía ser una historia personal, no podía planteármelo de otra manera: desde mi necesidad de saber más, de hacer un homenaje a mi papá”, relata Fernanda.
El tono testimonial recurre en momentos a la ironía, pero más que nada se adentra, en las sensaciones de quien fuera una niña en los años de la desaparición. Se adentra en eso y muestra instantes entrañables de una relación padre – hija. “Hay cosas en el documental de las que no habíamos hablado nunca; fueron momentos de acercamiento”.
Si en total fueron cerca de 150 horas de grabación más las tomas de archivo, los hechos ocurridos desde aquel 8 de enero de 1988 se condensaron en 136 minutos. En la realización – señala la directora – lo más difícil fue empatar esa historia personal con la historia nacional y crear un documento para las nuevas generaciones.
En el discurso del filme existen quiebres temporales. Desde la actualidad se recuerdan los hechos de 1988, del encubrimiento, del proceso judicial y de la persistente lucha, cada miércoles en la Plaza Grande. “Se planteó que guarde una linealidad, pero que vaya y vuelva, que se conecte al pasado constantemente mientras la historia avanza… Como funciona la memoria”, explica la cineasta.
El caso de los hermanos Restrepo estado en obras teatrales, ficciones literarias y libros de estudio. Por mencionar algunos: ‘La santísima, opereta del chancho’, de Peky Andino; ‘Miércoles y estiércoles’, de Diego Cornejo Menacho; ‘El Amor contra el Poder’, de Claude Roulet y Dora Quintero; incluso ‘El Testigo’, del agente Hugo España, ficha clave dentro del proceso. A todos ellos y a todos los informes de la prensa recurrió Fernanda para la investigación.
La poética visual utilizada por Restrepo se construye con tomas del interior de su casa y con la presencia constante del agua. La fotografía bien lograda potencia los simbolismos. El agua se relaciona con más de una situación representada en la cinta: el río Machángara y la laguna de Yambo; el mar remite al último viaje que hiciera Luz Helena (la madre) antes de su muerte, la piscina al lugar de juegos de los hermanos y la lluvia, al dolor por la ausencia, al llanto…
Está también la marca de la valentía. Fernanda, como camina junto a Yambo, se interna en celdas y bodegas sórdidas. Acompañada de la cámara enfrenta a los policías imputados en el caso, a los gobernantes que les dieron las espaldas, al pasado y la mentira…
El filme se presenta de nuevo hoy, a las 20:15, en Ocho y Medio.