Le molestaba cuando algún miembro de su familia escuchaba música clásica. En su adolescencia, el barítono Diego Zamora pedía que apagaran esa música porque le causaba aburrimiento.
Esa idea cambió hace cuatro años. Zamora, a través de una amiga, se enteró sobre la obra Jesucristo Súper Star (ópera y rock). Ninguno de los dos géneros le gustaban, pero luego de escuchar y ver un trabajo escénico decidió hacer un ‘casting’ para el papel de Caifás; y lo consiguió.
Ese fue el inicio de la carrera del barítono y la ópera se convirtió en su pasión, al igual que la música latinoamericana, que interpreta desde que tiene cuatro años, por influencia de sus padres Mónica y Diego, quienes también son cantantes profesionales.
El barítono, de 26 años, cuenta que en su niñez conciliaba el sueño con música y que siempre estuvo vinculado al canto. Su primer concierto público lo ofreció a los empleados de una entidad financiera siendo muy niño y también participó en la primera telemaratón que se hizo en Cuenca.
Su voz es gruesa, grave y clara. Según él, encontró el gusto en la ópera porque rompió esquemas y pensamientos y establecidos.
Por ejemplo, en un concurso internacional que se efectuó el año pasado en Trujillo-Perú los participantes lucían trajes oscuros y peinados formales. Mientras que él optó por un terno de tonos claros y un peinado al estilo punk, es decir, su look habitual.
Esto hizo que una maestra de canto le sugiriera que cambiara su imagen, pero él respondió que la ópera debe ser cantada como el artista se sienta bien y siempre debe marcar una diferencia.
Zamora, en su interpretación de ópera, también realizó una escenificación porque cree que eso ayuda a que el público comprenda el tema. Esos elementos más su interpretación hizo que sea el sexto finalista entre los 60 participantes de ese certamen.
En anteriores ocasiones también ha estado en países como Venezuela y Colombia. Además, junto a sus padres con la música latinoamericana, se ha presentado en Alemania, Italia, Brasil, Perú y Argentina.
En el 2007, el artista empezó a estudiar musicología en la Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca. Cuando ingresó no sabía leer las partituras, sin embargo podía interpretar cualquier melodía porque lo hacía solo a través de las letras y del sonido.
Su preparación y dedicación ha hecho que participe en diferentes óperas como ‘L’Elixir del amor, El Barbero…’. También en varias ocasiones se ha presentado junto a la Orquesta Sinfónica Nacional y desde hace dos años con la Sinfónica de Cuenca.
Con esta última ha interpretado géneros como el bolero y pasillo. Dice que es una oportunidad para que la gente conozca que la ópera es un género más estilizado, “pero hermoso”.
Según Medardo Caisabanda, director de la Orquesta Sinfónica de Cuenca, Zamora tiene una voz bien dotada, porque entre los ecuatorianos es difícil encontrar barítonos.
Además, destaca que este cantante de ópera posee una voz real, brillante por su musicalización y afinación. “Eso hace que tenga una proyección bastante definida y un futuro prometedor”, dice el maestro Caisabanda.
A Zamora le apena que en la capital azuaya existan pocos espectáculos de ópera; por citar un ejemplo, en este año solo hubo dos. Él cree que es importante generar más eventos para que las personas conozcan este género y derrumbar la idea de que solo es para personas adultas.
Punto de vista
William Vergara/ Catedrático de Artes de la Universidad de Cuenca
‘Su expresividad al cantar es otra de sus cualidades’
Lo escuché por primera vez hace cuatro años. Me quedé impresionado porque tiene un timbre de voz excepcional. Por eso considero que podría ser el mejor barítono de Latinoamérica.
En corto tiempo su carrera como cantante de ópera ha crecido notablemente. Eso se comprueba en los concursos en los que triunfa, como el de jóvenes talentos efectuado en la capital azuaya o el del año pasado en Perú.
Desde muy pequeño estuvo vinculado a la música por influencia de sus padres, que son cantantes profesionales. Eso contribuyó cuando inició sus estudios en la Facultad de Artes; pudo interpretar diferentes melodías.
En sus inicios era peculiar la manera en que interpretaba; tenía dificultad para leer las partituras. Pero lo aprendió y se ha presentado en diferentes obras.
Además, se destaca por su voz, que es versátil e interpreta diferentes géneros como boleros, pasillos… También juega su expresividad al interpretar. Con ello logra una conectividad con su público. Además Diego se desarrolla en el ámbito de la enseñanza en el centro Froma (Cuenca); con sus alumnos es exigente y comparte sus conocimientos.
Sin duda tiene una carrera en ascenso si continúa preparándose y recibiendo apoyo.
HOJA DE VIDA
Diego Zamora
Nació el 6 de septiembre de 1985. Estudió en el colegio Hermano Miguel La Salle. Es ingeniero en Turismo.
También toca instrumentos como charangos, zampoñas, flauta, entre otros. Es profesor del Centro de Fronteras Musicales Abiertas (Froma).
Punto de vista William Vergara/ Catedrático de Artes de la Universidad de Cuenca
‘Su expresividad al cantar es otra de sus cualidades’
Lo escuché por primera vez hace cuatro años. Me quedé impresionado porque tiene un timbre de voz excepcional. Por eso considero que podría ser el mejor barítono de Latinoamérica.
En corto tiempo su carrera como cantante de ópera ha crecido notablemente. Eso se comprueba en los concursos en los que triunfa, como el de jóvenes talentos efectuado en la capital azuaya o el del año pasado en Perú.
Desde muy pequeño estuvo vinculado a la música por influencia de sus padres, que son cantantes profesionales. Eso contribuyó cuando inició sus estudios en la Facultad de Artes; pudo interpretar diferentes melodías.
En sus inicios era peculiar la manera en que interpretaba; tenía dificultad para leer las partituras. Pero lo aprendió y se ha presentado en diferentes obras.
Además, se destaca por su voz, que es versátil e interpreta diferentes géneros como boleros, pasillos… También juega su expresividad al interpretar. Con ello logra una conectividad con su público. Además Diego se desarrolla en el ámbito de la enseñanza en el centro Froma (Cuenca); con sus alumnos es exigente y comparte sus conocimientos.
Sin duda tiene una carrera en ascenso si continúa preparándose y recibiendo apoyo.