La muestra ‘México lindo y querido’, de Oswaldo Muñoz Mariño, y la exposición fotográfica del mexicano Pedro Meyer, ‘Herejías’, invitan a pensar sobre las relaciones culturales entre el país centroamericano y el Ecuador.
Unas relaciones que para Javier Molina, agregado cultural de la Embajada de México, siempre han sido buenas, pues han manejado una dinámica de cooperación. México y Ecuador evidencian su hermandad cultural, tanto en el apoyo para la realización de festivales y muestras internacionales de varias disciplinas, como en el intercambio que se ha dado entre creadores y gestores de ambos países.
Asimismo, Molina reconoce que el principal intercambio cultural entre México y Ecuador se ha dado en el ámbito pictórico. Un caso es la muestra de 74 acuarelas y dibujos en tinta, realizados entre 1947 y 2006 por Oswaldo Muñoz Mariño. Las pinturas plasman edificios y casitas, plazas, paseos y esquinas de su ‘México lindo y querido’, como se denomina la muestra que se exhibe desde el 1 de julio en el museo homónimo del pintor, en San Marcos.
Oaxaca, Jalapa, Puebla, Chapultepec, Veracruz y el D.F., los cuadros invitan a recorrer el país azteca, donde el artista estudió Arquitectura, en la UNAM y obtuvo, en 1965, el primer Premio del Salón Anual de la Acuarela.
“México es un país definitivo en la vida de Oswaldo Muñoz Mariño y constituye, sin lugar a duda, su segunda patria”, dice Carmen Rosa Ponce, directora del museo, mientras ve una acuarela que retrata un rincón de Huachinango. En esa localidad, el pintor conoció a su esposa, Cristina Chequer. Sus tres hijos también son mexicanos.
Las acuarelas de Muñoz Mariño muestran transparencia, sus dibujos, detalle, en ambas técnicas se ve un trazo natural. Todas fueron pintadas ‘in situ’ y en ellas la vegetación adquiere especial relevancia. Se destacan también cúpulas y techos de teja, bajo cuyos aleros el artista buscaba sombra para hallar el ángulo correcto y plasmar la imagen.
Con color y textura, las pinturas representan calles empedradas y balcones floridos, templos precolombinos e iglesias barrocas. Una arquitectura colonial que se hermana con la de las ciudades ecuatorianas. ‘México lindo y querido’ – según Ponce– busca rendir un homenaje a esa tierra que le ha dado tanto.
De esa misma tierra, llega a Quito el reconocido fotógrafo Pedro Meyer, cuya muestra retrospectiva ‘Herejías’ se abre mañana, desde las 19:00, en el Centro Cultural Metropolitano.
Se trata de 70 imágenes captadas durante cuatro décadas, donde el fotógrafo, nacido en 1935, retrata en piezas de gran formato la identidad del mexicano, desde la evocación y desde sus ficciones o sus realidades. En su trabajo Meyer trata la política, la religión y el espectáculo.
Otros campos de intercambio artístico-cultural entre México y Ecuador han sido la danza, las letras y el cine (ver recuadros).
De la mano de la bailarina y coreógrafa Patricia Aulestia la danza ecuatoriana ha tenido presencia por más de 40 años en México. De igual forma coreógrafos mexicanos, como Arturo Garrido, han sido importantes en el desarrollo de la danza en el país.
En esas relaciones se cuenta el aporte al pensamiento latinoamericano que desde su cátedra y sus investigaciones en la UNAM, realizó el, recientemente fallecido, filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría.
Mientras que en el cine, las reciente producciones del realizador Sebastián Cordero llevan el aporte del país azteca.
En otras artes
Bolívar Echeverría. El filósofo concluyó sus estudios en la UNAM. Desde allí generó sus ideas, entre las que se cuenta su teoría del ‘ethos barroco’.
Patricia Aulestia. La bailarina ha dirigido importantes elencos en México, donde ha recibido reconocimientos por sus 40 años de trayectoria.
Sebastián Cordero. Sus dos más recientes cintas cuentan con el apoyo de Bertha Navarro, en la producción, y de actores mexicanos en su realización.