Cuenca cuida representaciones de la Costa norte

La fiesta de San Pedro Pescador es una representación relacionada con  Manabí

La fiesta de San Pedro Pescador es una representación relacionada con Manabí

La fiesta de San Pedro Pescador es una representación relacionada con
Manabí. Fotos: Xavier Caivinagua para El Comercio

Manabí y Esmeraldas, afectadas por el terremoto registrado el 16 de este mes, son ricas en costumbres y manifestaciones inmateriales. Cerca de 2 000 bienes utilitarios, festivos y de celebraciones, vinculados a esa zona, son parte del Fondo Nacional Etnográfico, que está a cargo del Ministerio de Cultura.

Este fondo, que en total cuenta con 10 700 bienes, que representan a casi la totalidad de los grupos étnicos del Ecuador, es preservado y se exhibe en el Museo Nacional Etnográfico de la capital azuaya.

Según la curadora de la Sala y Reserva Nacional Etnográfica, Tamara Landívar, entre los 2 000 elementos que se vinculan a la zona afectada por el terremoto también están los bienes que representan al resto de la Costa. Entre otros destacan el montuvio, el cholo pescador o el amorfino.

En este museo hay una sala del Litoral, que va de norte a sur. Es decir, desde las representaciones de Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, Santa Elena, Guayas hasta llegar a la provincia de El Oro.
Del cholo pescador se muestran los instrumentos que usa este personaje para trabajar como los arpones y las redes. Del montuvio se representa su vivienda y su cotidianidad.

Landívar destaca las celebraciones como el homenaje que realizan a San Pedro y San Pablo, que se realiza en junio en Manabí. Allí, los pescadores abandonan sus faenas para agradecer por los favores recibidos en su trabajo y salen al mar en sus embarcaciones para homenajear a los santos, que son llevados en unas barcas, que están adornadas.

En otros espacios del museo se resaltan las técnicas ancestrales de cerámica del sector de La Pila o de los tejidos de paja toquilla de Montecristi. De Esmeraldas, objetos vinculados con la fiesta de la marimba.

Según Landívar, el ámbito etnográfico se enfoca a las culturas vivas, por eso existen elementos de la cotidianidad como las viviendas, las cocinas, las cosechas de café o cacao, las vestimentas de hombres y mujeres con sus particularidades, los colores y los detalles.

Este museo fue inaugurado en el década de los 90, cuando el Banco Central del Ecuador especializó sus espacios culturales y sobre Cuenca recayó el Fondo Nacional Etnográfico, que fue transferido al Ministerio de Cultura y Patrimonio, en este Gobierno. “Durante 15 años hemos trabajado la recuperación de la apropiación para buscar nuestra identidad... Nuestro objetivo, como museos, no solo es conservar y preservar las piezas sino también estamos obligados a difundir porque se debe apoyar en la educación formal”, dice Landívar.

El Ministerio de Cultura, en la capital azuaya, también cuenta con el área de arqueología perteneciente al Museo Pumapungo. Según el encargado, Juan Pablo Vargas, cerca de 500 piezas de la reserva, que se conservan en esta ciudad, pertenecen a las culturas que habitaron las provincias de Manabí y Esmeraldas. En otras se destacan -señala Vargas- La Tolita, Valdivia, Manteña y Jama-Coaque. Son piezas cerámicas y ceremoniales, como incensarios para rituales y sellos. También, hay objetos de metalurgia como las hachas.

En la actualidad, no están en exhibición porque están en un proceso de readecuación del espacio museográfico para la nueva sala de arqueología de la región. Estos bienes ya pasaron la etapa de conservación y están a la espera de la nueva estructuración.

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