El remo es uno de los ejercicios que puede sustituir a otros como el trote. Foto: EL COMERCIO
Con rutinas variadas y cargadas de intensidad, el crossfit sigue ganando adeptos en el Ecuador. Primero fueron los jóvenes.
Después se sumaron adultos -hombres y mujeres- de diferentes edades. Ahora, son las futuras mamás las que le dedican varias horas a la semana a la práctica de esta actividad deportiva.
Según la entrenadora Estefanía Guerrero, la mayoría de esas practicantes está vinculada a este sistema de entrenamiento antes de embarazarse. Ese fue el caso de Isabel Montalvo. Antes de iniciar la etapa de gestación, la ahora mamá de Micaela, de un año y medio, se entrenó durante tres meses. En ese tiempo ganó fuerza, coordinación y elasticidad, fundamentales para continuar con los entrenamientos durante el embarazo. “Me sirvió mucho también para fortalecer mi abdomen, el doctor se sorprendió cuando me realizó la cirugía. Me preguntó sobre el deporte que practicaba”, recuerda.
Montalvo se entrenó a partir del sexto mes por recomendación de su médico. Pero según la ‘coach’ aquello puede variar. Hay mujeres que se entrenan durante todo el embarazo y otras que se retiran antes, la mayoría por los cambios por el peso del bebé.
Sin embargo, la entrenadora recomienda contar con la aprobación del médico especialista antes de iniciarse en esta disciplina. Él es el encargado de decir cuándo puede entrenarse. Montalvo tuvo el visto bueno de su médico a los seis meses. A partir de ese momento acudió a las prácticas con una frecuencia de uno y dos días a la semana.
Durante los tres meses de entrenamiento cumplió con las mismas rutinas de ejercicios y agregó otros para mejorar su elasticidad. Lo que varió fue la intensidad y la carga, pues una de las características de esa disciplina es la ‘explosividad’. La mayor parte del tiempo trabajó con el peso de su propio cuerpo.
El éxito de su entrenamiento se debió a los consejos de su entrenadora. De allí la importancia de asistir a un box que cuente con profesionales certificados. Un mal movimiento podría producir complicaciones a futuro. En esa etapa las mujeres no pueden agitarse ni esforzarse. El instructor está en la obligación de modificar las rutinas en función de las necesidades de las participantes.
Dentro de esos requerimientos figuran los ejercicios de estiramiento, necesarios para evitar calambres y dolores musculares; y para facilitar la labor de parto. Por lo general se los realiza después de cumplir con un entrenamiento, pero en el caso de las futuras mamás, se los hace antes y después de la práctica.
Médico
El visto bueno del galeno es importante para garantizar la salud de la madre y la del bebé.
Guía
Se sugiere la dirección de un entrenador especializado en cada práctica para que vigile los movimientos.
Alimentación
La ingesta de macronutrientes aumenta. Consulte las cantidades con el nutricionista.
Frecuencia
El número de clases se establece de acuerdo con los requerimientos de cada mujer.