Yolanda García, de 65 años, teje de lunes a domingo durante cuatro horas. Sus obras son representaciones de fiestas y tradiciones. Foto: Xavier Caivinagua/PARA EL COMERCIO
La chola cuencana es una de sus inspiraciones por el atuendo. La azuaya Yolanda García recuerda las polleras y blusas bordadas, macanas y sombreros de paja toquilla que lucían su bisabuela y abuela y “se veían muy elegantes”.
La chola, que es un personaje ancestral e ícono del Austro, está plasmada en una de las 22 creaciones, que se exhiben desde la semana pasada en la Catedral Vieja, en el Centro Histórico de la capital azuaya.
La muestra, que estará abierta dos semanas más, se denomina ‘Hilando Vida’ y cuenta con el apoyo de la Dirección Municipal de Cultural. Son 21 tejidos y un tapiz elaborados con la técnica del punzón.
Es una aguja alargada y con punta fina. Con ella, García incrusta el hilo en la tela de lana de borrego. Ella prefiere el tipo, que es comercializado por los indígenas otavaleños, que tienen sus puestos en la plaza de San Francisco en el Centro Histórico de Cuenca.
Con la técnica del punzón parece que los hilos estuvieran pegados, pero no es así. “Cuando se punza, una parte del hilo traspasa la tela y con ello queda sujeta”, dice. La parte posterior es adherida a madera o cartón. En el hilo frontal, en cambio, García coloca fijador para lograr un mejor acabado.
Entre los 22 trabajos expuestos se muestran las actividades cotidianas, las fiestas populares, la naturaleza, las iglesias y los paisajes de la capital azuaya. En su carrera, García también bordó con aguja convencionales, croché y con cintas.
La chola cuencana que se exhibe en el patio posterior de la Catedral Vieja tiene 60 por 90 centímetros. Si bien representa a este personaje, García hizo ajustes a la imagen tradicional. “Quise ponerle elegante a mi manera”. Por eso, le relacionó con otros elementos propios de la región y que están vinculados con esta campesina.
En la pollera plasmó cultivos como el ají y el tomate y en la parte posterior de la chola se representó una suerte de alas. El cuadro tiene un fondo negro para que resalte la imagen. García tiene dos cholas más, que están en caballos y realizando labores cotidianas. A ellas se les conoce como mayorales.
Su esposo Jorge Chalco y su hija Berenice impulsaron esta exposición. Este artista azuayo dice que García tiene mucha creatividad vinculada a la cultura popular. “Es una observadora minuciosa. No realiza bocetos sino las imágenes las retiene en su mente y los plasma con sus hilos”. Él le ayudó en la instalación y museografía.
De acuerdo con información proporcionada por la Dirección Municipal de Cultural se impulsó esta muestra porque “es un homenaje al rescate del talento de personas autodidactas quienes por tradición llevan en sus manos la destreza de la creación de obras”.