El tiempo, los sismos y las malas intervenciones arquitectónicas terminaron por deteriorar la estructura de la patrimonial iglesia.
Entonces, hace unos siete meses, el Alcalde de Sangolquí decidió realizar otra recuperación del templo y su entorno inmediato, que incluye el atrio y el parque.
Fue una intervención difícil, explica el Arq. Ramiro Llumiquinga, uno de los fiscalizadores por parte del Cabildo sangolquileño.
Los trabajos realizados contemplan los siguientes rubros: regeneración de la pintura mural de la iglesia (USD 129 005,98); restauración del cielo raso (USD 45 236,07); elaboración y colocación de los vitrales con motivos religiosos (USD 138 517,53); recuperación de las fachadas (USD 84 287,31); rehabilitación del pretil y el atrio (USD 41 701, 69).
También se cambió la iglesia (USD 174 132,01) y la readecuación de los pisos interiores (USD 206 130,58). Por último, informa Llumiquinga, se realizó un estudio para el análisis estructural de la iglesia y para el reforzamiento de la torre principal.
Este reforzamiento es particularmente necesario porque al subir al coro y al campanario por la escalera de piedra se observa una pequeña fisura en una de las paredes de ladrillo.
En la intervención laboró un grupo de profesionales reconocido por su profesionalismo.
El Lcdo. Fernando Unda se encargó de la recuperación de los murales. El Ing. Patricio Vasco recuperó el cielo raso de yeso. El Arq. Pablo Mora se encargó de la elaboración de los vitrales. El Ing. Antonio Carranco se metió de lleno en la recuperación de las fachadas. El Arq. Pablo Jaramillo cambio las cubiertas y el Ing. De la Torre, los pisos.
Un trabajo de equipo que dio como resultado la recuperación adecuada de uno de los símbolos de la sociedad sangolquileña. Una edificación valiosa, no solo por su significado social sino, también, porque es una valiosa muestra del estilo ecléctico nacional.
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