Aunque su nombre no es muy conocido, la gerbera es una flor multicromática que, por su versatilidad, está presente en muchos jardines ecuatorianos.
Su cultivo puede durar varios años, aunque solo interesa cultivarla por dos o tres.
La gerbera se considera como una especie indiferente al fotoperiodismo (incidencia directa del sol), aunque la luz influye en la emisión de los brotes laterales, que darán lugar a nuevas flores. Un mayor número de estos brotes durante la inflorescencia de la primera flor incrementa la producción total de la planta.
El abonado nitrogenado es esencial para el desarrollo, aunque su exceso o déficit puede marchitar las plantas.