Víctor Vizuete. Editor vvizuete@elcomercio.com (O)
Ya están aquí. Pero son para el hombre actual, tan acostumbrado al lujo y la tecnología de punta, casi tan raros como los ‘aliens’. Y eso que no son inventos de los ‘nerds’ del MIT o de la NASA, sino objetos nacidos de la necesidad y de la inquietud de ciertos visionarios comunes y corrientes.
Lo cierto es que los tabiques de papel de periódico y yeso, las paredes de pacas de heno o paja comprimidas, las terrazas verdes, los sanitarios antivándalos y ahorradores de agua o las cubiertas de aserrín reciclado se introducen poco a poco en los hogares mundiales.
Los huertos urbanos son otra de las modas y aumentan diariamente.
Sembrar lechugas, zanahorias y albahacas en los balcones o las terrazas puede ahorrarle hasta algunos dólares y mejora la climatización de su casa.
No se necesita sino de 1 m2 de superficie para montar uno de estos microsembradíos.
La novedad no es novelería, sin embargo. Los materiales reciclados, las paredes que cobran vida de periódicos desechados, los muebles que aprovechan maderas de embalaje o las viejas correas de seguridad de los automóviles tienen dos valores intrínsecos que los hacen interesantes: son poco contaminantes y muy económicos.
El equipamiento de los estadios del Mundial de Brasil fue un tubo de ensayo para experimentar con técnicas y accesorios de última generación.
Además, que casi todos tienen sistemas de recuperación de las aguas residuales para otras tareas como el riego del césped, 11 de los 12 escenarios fueron equipados con sanitarios antivándalos, de acero inoxidable.
Así es que ya sabe. Si quiere ahorro y ecología, empiece a reciclar lo que pueda y siembre lechugas en el tejado de la casa… No cuesta nada probar.