Las estufas y chimeneas a leña son una opción que gana adeptos en el país pero no son los únicos artefactos que utilizan este combustible para realizar sus tareas: las cocinas son otros equipamientos de ese rango.
Estas cocinas tienen una característica que las hace inconfundibles: son macizas y muy pesadas pues están elaboradas en acero macizo o hierro fundido. Son muy parecidas a las que usaban las abuelitas o las que se ven aún en películas y series televisivas como Bonanza.
En la capital se las puede encontrar en Bosca o Amesti, dos firmas chilenas.
Son ideales para las casas de campo, las viviendas tipo hacienda, explica Susana de Manríquez, de Bosca, ubicada en l República e Inglaterra.
Estas cocinas se caracterizan porque el acero especial con el que están confeccionadas permite alcanzar temperaturas de 600°C por largo tiempo, explica Edwin Barba, de Amesti, tienda ubicada en la avenida Occidental y Jorge Piedra.
Estas cocinas son totalmente herméticas; es decir, el humo y los residuos de la combustión se recogen en la caja de fuego, la que está elaborada con planchas de acero refractario.
Para eso, como las estufas o chimeneas, esta cocina requiere de un sistema de evacuación que debe enviar el humo a los cuatro vientos; o sea, debe estar conectada hacia afuera del recinto. Para eso se utilizan tuberías y ductos de acero inoxidable de 6 o 5 pulgadas.
Además, explica Barba, la remoción de las cenizas es automática y el exceso de ceniza es un abono de primera categoría. Y uno de estos equipos calienta el ambiente hasta 130 m².
El combustibles óptimo es la leña seca de eucalipto.
Amesti oferta tres modelos de estas cocinas: Palladio, Suprema y Sovrana. El precio varía según el modelo y está comprendido entre USD 1 660 y 3 500. Tienen una vida útil superior a los 100 años.