Los chacarreros junto con varias personas de la comunidad comparten sus conocimientos en la huerta. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
Regresar a los saberes ancestrales, recuperar y cuidar la naturaleza son los objetivos que los chacarreros de la Sierra Centro están desempañando en la comunidad Puruhá.
Esta comunidad se encuentra en los cantones de Alausí, Guamote, Riobamba y Guano. El proyecto que están ejecutando se llama ‘La conservación de la chacra’. Consiste en recobrar las prácticas ancestrales que se han olvidado con el paso del tiempo.
Los chacarreros son los líderes de aproximadamente 30 familias. Cada dirigente trabaja un modelo piloto para después aplicarlo en las familias y luego difundirlo con el resto de la comunidad. Una de las visiones es crear un centro de capacitación para que se convierta en sede de los saberes y que se puedan replicar rápidamente entre todos, comenta Julián Pucha, representante de los sistemas de producción de los pueblos originarios de la nación Puruhá.
Entre los proyectos que se efectúan, para la conservación, está la siembra de productos, pero que no posean abonos químicos. Existen varias terrazas de cultivos y se encuentran entre los 2 010 hasta los 3 800 metros sobre el nivel del mar. En las partes más bajas se plantan hortalizas; en las medias, maíz; y en las altas, papas, habas y mellocos.
Uno de los propósitos es recuperar las zonas altas de las comunidades, menciona Pucha. Por esta razón, se está efectuado un subproyecto que consiste en reinsertar las semillas originarias del lugar. Los habitantes han plantado más de 30 tipos de semillas y esperan que se readapten en los pisos climáticos. Esto se lo ejecuta porque, lamentablemente, se introdujeron plantas que no se lograron adaptar.
Otro proyecto que está en marcha es la eliminación de la basura. Lo que se desea es ejecutar una limpieza de los plásticos alrededor de las ciudades. La presencia de productos contaminantes ha incentivado campañas para reducirlos.
Sistema de riego es otra planificación. Se la cumple en las áreas secas. Los comuneros han construido pequeños riegos artesanales en los lugares de sembrío.
La siembra del agua forma parte del mismo plan y trata de excavar pozos que serán llenados por el agua de la lluvia. Con el paso del tiempo, estos se convertirán en vertientes, que alimentarán al sistema de reproducción de la zona. Además, se los puede utilizar para abastecer a los habitantes.
La construcción de las cocinas ecológicas es la idea más reciente. Consiste en fabricar pequeños lugares estratégicos para preparar la comida y que caliente todo el ambiente de la casa.
Se utiliza leña y planchas donde se ponen las ollas, parecido a las cocinas de inducción. Actualmente, lo están utilizando 30 familias. Puchacomenta que se debe proteger y multiplicar toda la naturaleza, y en eso trabajan.