En el 2016, la poesía y el ensayo volvieron a tener protagonismo dentro de las letras locales. Escritores jóvenes fueron parte de la cosecha de premios. Foto: Archivo
La visión de los gais, las lesbianas y los trans en la literatura de la región; la exploración del cuerpo femenino, y la escritura de la novela negra con personajes y ambientes locales fueron parte de los temas premiados en las obras de autores ecuatorianos a escala local e internacional.
A inicios del 2016, el escritor y catedrático Diego Falconí ganó el Premio Casa de las Américas, por el ensayo ‘De las cenizas al texto. Literaturas andinas de las disidencias sexuales en el siglo XX’. En este ensayo, Falconí trata de conciliar los estudios andinos con los estudios de género a través del análisis de ciertos términos dentro de novelas de la región.
Otro de los reconocimientos internacionales que recibió un autor ecuatoriano fue el Premio a la Joven Literatura Latinoamericana, organizado por la Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs (Casa de Escritores y de Traductores Extranjeros) (MEET).
La obra ganadora fue ‘Ardillas’ escrita por Felipe Troya. Una novela que cuenta los ritos del paso de la adolescencia hacia la juventud a través de un chico que viaja de Ecuador hacia los EE.UU., al encuentro con parte de su familia.
A mitad de año, Jorge Dávila Vásquez recibió el Premio Eugenio Espejo en la categoría de creaciones, realizaciones o actividades literarias por el conjunto de su obra. El escritor cuencano fue el primer ganador de este premio nominado por la ciudadanía.
Entre su copiosa producción literaria están las novelas ‘María Joaquina en la vida y en la muerte’, ‘La vida secreta’ y ‘De rumores y sombras’.
El XLI Premio Nacional de Literatura Aurelio Espinosa Pólit, entregado por la Universidad Católica del Ecuador, fue para el poemario ‘Registro de la habitada’, de Andrea Crespo Granda. Este poemario es una especie de inventario inmaterial contra el olvido donde el cuerpo femenino es el protagonista.
A inicios de diciembre, la novela ‘La curiosa muerte de María del Río’, del escritor Juan Pablo Castro, ganó el Premio Joaquín Gallegos Lara. En esta novela policial el autor hace un homenaje al relato ‘Un hombre muerto a puntapiés’, de Pablo Palacio.
En esta novela, Castro arma la figura del detective con particularidades que solo existen en Latinoamérica y que se alejan del modelo cartesiano que creó Conan Doyle.