Concierto de musica electrónica de Armin Van Buuren en Cemexpo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Armin van Buuren, uno de los mejores Dj del mundo, llegó al país el sábado en la mañana (11 de octubre). El día anterior había presentado su show en Medellín y era el momento de que Quito viviera un ‘Armin Only’. Esta era la primera vez que se presentaba un espectáculo de la magnitud que se ha dado en otros países del mundo.
Esa noche, la gente asistiría a un show de cinco horas y media, donde se observaría un despliegue técnico y de coordinación único.
Los fans llegaron a Cemexpo desde antes de las 12:00 para hacer fila y ganar los mejores lugares: las primeras filas, pero problemas en la organización causaron desorden y que algunos se “colen” en la línea. Las puertas debían abrirse a las 18:00 pero, recién se lo hizo a las 19:30.
En la entrada, los policías y personas de seguridad custodiaban que nadie entre con aliento a licor, registraban las carteras y maletas para evitar que ingresen bebidas alcohólicas y cigarrillos, pero aún así los vendedores ambulantes proveyeron de tabacos y licor a los asistentes.
El show era largo y el permiso no superaba las 02:30, por lo que debía empezar puntual. A las 08:30 las luces del escenario se prendieron y todavía no estaba lleno Cemexpo. La gente entraba corriendo para tratar de ganar un buen puesto, abriéndose paso en medio de la gente que saltaba y bailaba al ritmo de las primeras canciones del DJ.
Unas 20 pantallas gigantes se iluminaron y decenas de luces titilaban al ritmo de la música. Van Buuren cubierto detrás de una semiesfera blanca, arrancó los gritos con un set ‘warm up’ para calentar el ambiente.
Unos 40 minutos después, su hermano Eller Van Buuren apareció a la derecha del escenario con un solo de guitarra eléctrica que enloqueció a los asistentes. Gritos, brazos levantados y flashes de los celulares seguían las tonadas de los sets.
Esa fue la señal para que la semiesfera se levantara y apareciera el DJ. “Buenas noches, Quito”, dijo el holandés y la gente enloqueció. Unas cinco mil personas se dieron cita en Cemexpo, en la Mitad del Mundo, para ver el espectáculo.
En el espectáculo estuvieron seis cantantes que han trabajado de cerca con el DJ y que forman parte de la gira Intense, que promociona el último disco del holandés. La primera en salir al escenario fue la australiana Fiora Cutler. Cantó Waiting for the night y luego entonó con su violín el inicio de la canción Intense, que fue coreada por los fans, quienes llegaron de distintas partes del país.
“Gracias Quito, son el mejor público”, dijo Fiora y salió del escenario. En su lugar aparecieron cuatro bailarines que acompañaban el ritmo e interactuaban con Van Buuren. Él saltaba y gritaba y pedía a la gente ser “más intensos”.
Así, uno por uno fueron saliendo los cantantes, guitarristas, bateristas y pianistas. La gente no dejaba de gritar y saltar. Algunas chicas subidas en hombros trataban de robarse la atención de DJ, que agradecía cada gesto y cada grito.
Una de las canciones más coreadas de la noche fue ‘this is what it’s feel like’, interpretada con Trevor Guthrie, quien apareció en una pequeña tarima cerca del escenario.
Cerca de la medianoche Van Buuren apareció en el escenario con la camiseta de la selección de Ecuador, que un grupo de fans de TranceFamily EC le regaló a él y a todo su grupo. En la parte posterior decía Armin y llevaba el número 76, que siempre usa el DJ. La gente gritó y él agradeció nuevamente a Ecuador por su acogida.
De inmediato llegó el momento del ‘ping pong’, un ritmo que asemeja el sonido de un juego del tenis de mesa. La gente movía los brazos de izquierda a derecha según la tonada. Del techo cayeron unas 30 pelotas gigantes amarillas, que de inmediato empezaron a rodar por el público.
Las luces, las ráfagas de papeles de colores y los fuegos pirotécnicos deslumbraron a los asistentes, que saltaban, aplaudían y seguían cada paso de Van Buuren. Esta es la segunda vez que se presentó en el país, la primera fue en el 2009 en un show de dos horas.
Antes de 01:00, todos los músicos, cantantes y bailarines aparecieron en el escenario central, luciendo la camiseta de la selección de Ecuador, y entonaron la última canción del show Intense. Pero Van Buuren advirtió que eso no era el cierre del concierto: “Les tengo una sorpresa”, dijo en inglés a sus fans.
Las luces se apagaron y un momento después él estaba de pie en una mezcladora en medio del centro de convenciones. Era el momento para poner ‘trance’ con sus discos de vinilo. La escuela tradicional y lo que ha hecho que Van Buuren se diferencie de otros DJ, que ya no casi no mezclan las canciones en vivo.
Así, mientras la gente bailaba y coreaba “Armin”, una hora después el artista salió de su púlpito y la música fue poco a poco apagándose. Las luces se apagaron y la gente seguía gritando y aplaudiendo.