Unas 850 000 personas mueren por año de malaria, según las Naciones Unidas. La mayoría de las víctimas corresponde a niños menores de cinco años, así informó ayer la agencia de la ONU para la Niñez Unicef en Nueva York, EE.UU., con motivo del Día Mundial de la Malaria, que se recordará mañana.
“Es inaceptable que aún sigan muriendo, cada año, 850 000 personas por la picadura de un mosquito”, dijo la jefa de Unicef Ann Veneman. “Un 90% de ellos proviene de la región del Sahara y la mayoría son niños pequeños. Esta chocante desproporción es aún menos aceptable”.
La lucha mundial contra la malaria, continuó Veneman, debe intensificarse. “De lo contrario la enfermedad estropea otros logros y consume recursos que precisamente en África se necesitan con urgencia”. Consume las fuerzas de los sistemas de salud y es una carga para otros aspectos de la vida en ese continente. “La batalla contra la malaria podrá ser ganada si el mundo se une contra este enfermedad”.