Al Zur-ich, 15 años de arte en los barrios

Los organizadores de la última edición del encuentro Al Zur-ich fueron Samuel Tituaña (izquierda), Luis Villareal (centro) y Pablo Almeida. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Los organizadores de la última edición del encuentro Al Zur-ich fueron Samuel Tituaña (izquierda), Luis Villareal (centro) y Pablo Almeida. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Los organizadores de la última edición del encuentro Al Zur-ich fueron Samuel Tituaña (izquierda), Luis Villareal (centro) y Pablo Almeida. Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

Una mañana de junio del 2003, los integrantes de Al Zur-ich llegaron al parque de La Magdalena con plásticos, palos y cintas adhesivas. En un par de horas cercaron el parque y lo ‘clausuraron’. Pasado el mediodía, entraron y convocaron a los vecinos para que ayudaran a limpiar las montañas de basura acumulada. Esa especie de ‘happening’ o irrupción artística se llamó ‘Clausurado’, y fue el proyecto que marcó el norte del trabajo que más de 500 artistas y gestores culturales han realizado durante los últimos años.

Samuel Tituaña y Pablo Almeida son dos de los artistas que participaron en esa acción y que siguen siendo parte de Al Zur-ich, un encuentro artístico promovido por exestudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad Central, que durante 15 años ha procurado tejer puentes de diálogo y reflexión -a través de la experimentación- entre artistas y habitantes de los barrios del sur de Quito.

Tituaña cuenta que hay tres momentos que anteceden a la creación de este encuentro: las nuevas propuestas artísticas que llegaron a la Facultad de Artes a finales de la década de los 90; el trabajo que realizaron en una casa-taller de Miraflores; y la invitación de Patricio Guzmán para que participaran en el Festival del Sur.

El primer encuentro se hizo con USD 500 y con más ganas que planificación. Lo único claro por esos años era que no querían llegar a un barrio con una obra terminada. Almeida sostiene que su objetivo siempre fue producir en diálogo con la gente. “Nos fuimos para los barrios del sur -dice- porque queríamos romper con la centralidad cultural que existía en la ciudad. Se pensaba que en este sector no había producción artística y lo que faltaba, en realidad, era difusión del trabajo que se hacía”.

Almeida agrega que con el tiempo se sumó una visión sociocultural del arte y, más tarde, una reflexión política que cuestionaba el arte institucional. Ahora, la metodología es más simple: involucrase en un trabajo cotidiano con la gente y tener claro que el interés de los participantes no debe estar enfocado en la elaboración de una obra sino en el proceso de aprendizaje mutuo, entre artistas y vecinos de los barrios.

Para el encuentro de este año, los actuales integrantes de Al Zur-ich decidieron ampliar su área de acción y trabajar con proyectos en tres barrios del centro: La Colmena, Toctiuco y San Juan.

Para crear la cartografía de San Juan, los integrantes de Al Zur-ich conversaron con los vecinos y armaron un registro fotográfico y de video sobre su cotidianidad y memorias. El resultando de este trabajo fue exhibido en la pared de el local de Los Motes de San Juan, una intervención en la que se incluyó un archivo culinario del sector.

Desde el 16 de diciembre del 2017, 15 de los proyectos de estos 15 años estarán una muestra que se exhibirá en el Centro de ­Arte Contemporáneo.

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