En Esmeraldas hay más de 18 agrupaciones de marimba que rescatan la tradición de esta comunidad por medio de la danza. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
El espacio que tiene la marimba en la cotidianidad de Esmeraldas hace que este arte se mantenga latente en los afrodescendientes.
Es una forma de narrar el día a día y las costumbres de este pueblo a través del folklore que se manifiesta en la música, entonación de los instrumentos, cuentos y mitos.
Alentados por la danza, los esmeraldeños, por ejemplo, fabrican la tradicional cocada.
También momentos de la vida en pareja y las formas de enamoramiento.
Para el activista cultural Juan Montaño, la música y danza de los afros rememoran dos episodios que marcaron a esta comunidad.
Los primeros afros no tuvieron acceso a la escritura. Además fueron excluidos de los libros de historia oficiales escritos por los mestizos.
De ahí que a través de estas expresiones se contaban los hitos históricos, como la llegada de los primeros afros a Esmeraldas, hace 460 años.
La vida cotidiana y los momentos festivos de los afroecuatorianos se expresan en las coplas, amorosas o satíricas. La comunidad se anima gracias a que por medio del arte se consigue un efecto cómico.
Así lo resume el Informe sobre la situación del afrodescendiente en Ecuador , del Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina. En Esmeraldas hay unas 18 agrupaciones que mantienen y protegen la marimba como su esencia ancestral.
Desde el 2003, la marimba es patrimonio intangible del Ecuador. Fue reconocida por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural. Rosa Wila, directora del grupo Arrullos y Chigualo, asegura que la Marimba nació de la mezcla entre la oralidad y la religiosidad de los afros.
Los chigualos surgieron de esa fusión, pues son canciones que se tocan en los funerales de los niños de ese pueblo.
El Congreso Nacional, el 2 de octubre de 1997, creó la ley especial del Día del Afroecuatoriano. Desde entonces es día festivo en Esmeraldas.
Y también es un motivo para que los afros evoquen la llegada de sus ancestros.