La crisis que ha atravesado el mundo desarrollado en los últimos meses ha puesto sobre el tapete de discusiones, nuevamente, la pregunta de cuál debe ser el papel del Estado en la actividad económica.
[[OBJECT]]Y en ese escenario, el Comité del Nobel puso ayer su postura tácita, al elegir a dos estadounidenses (Thomas Sargent y Christopher Sims, ambos de 68 años) como los ganadores de este año del codiciado premio. El argumento del comité sueco fue que sus investigaciones de macroeconomía podrían contribuir a dar respuestas a la crisis actual.
Ambos catedráticos desarrollaron métodos que ayudan a responder preguntas sobre la relación causal entre la política económica y las diferentes variables macroeconómicas, como el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, el empleo y las inversiones. “ La política afecta a la economía, pero la economía también afecta a la política”, explicó el Comité del Premio Nobel.
Su trabajo, realizado entre las décadas de los 70 y 80, proporciona metodologías que permiten comprender cómo los cambios en la política sistémica y los ‘shocks’ afectan a la macroeconomía en el corto y largo plazos.
Específicamente, lo que ambos investigadores plantean es que la política económico se basa en modelos dinámicos con probabilidades de cumplimiento.
Para determinar el éxito de una política económica deben existir reglas de gasto público muy claras, que generen expectativas adecuadas en los agentes económicos. Así, si un país tiene una política clara de su Gobierno, respecto del manejo fiscal, los agentes sabrán que hay altas probabilidades de que ello se cumpla en el largo plazo. Y, por tanto, estará más optimista para invertir y a su vez generar más empleo.
De esta manera, todos los actores económicos empezarán a funcionar de manera dinámica y programada. Cuando eso no ocurre, empiezan a existir fisuras que debilitan el sistema.
Conforme explican varios analistas, en el Ecuador lo que se necesita es, precisamente, una optimización dinámica del gasto, monitoreando y controlando las variables claves del presupuesto.
Para el catedrático Fabián Carrillo, en términos básicos, lo que señalan ambos investigadores es que toda política económica está sujeta a expectativas. “Si se quiere corregir los desbalances en pobreza, empleo, inflación, comercio exterior, etc., hay que generar confianza. Para quienes hemos estudiado Economía, el premio es un justo reconocimiento a estos dos investigadores”.
Tanto Sargent como Sims fundamentaron sus análisis en una gran cantidad de información estadística. Con esos datos realizan modelos adaptables a cada escenario. De allí que el principal requisito para cumplir con sus directrices sea disponer de una base estadística dinámica.
Sargent obtuvo su doctorado, al igual que Sims, en Harvard, en 1968, y actualmente es profesor en la Universidad de Nueva York. El de Economía es el único de los premios Nobel no incluido originalmente en el testamento de 1895 del creador del galardón, el industrial sueco Alfred Nobel.
Fue creado por el Banco Central sueco, en 1968, para conmemorar su tricentenario y se entregó por primera vez en 1969.