Las actividades se pueden desarrollar en una superficie de 2,5 millones de hectáreas en la provincia
Pastaza encontró la manera de hacer turismo en su bosque nativo sin destruirlo ni dañarlo. El año pasado, el Gobierno Provincial
puso en vigencia una ordenanza que protege 2 541 836 hectáreas de selva, donde se asientan siete nacionalidades
ancestrales.
En ese gran bosque se realizan paseos en bicicleta, senderismo, se visitan las comunidades, se navega por los caudalosos
afluentes en canoas tradicionales, hay recorridos para observar la flora y fauna, y se practican deportes
como el barranquismo o el descenso en bote.
Todo eso se efectúa al amparo de la ordenanza que busca conservar los recursos naturales y culturales, y garantizar la calidad
del agua.
Las actividades son impulsadas por el Gobierno Provincial, luego de haber hecho una consultoría en el 2017, con la cual se
definieron las cinco rutas turísticas, para quienes gustan de la geobotánica, la observación de aves, la
aventura, la gastronomía y lo ancestral.
La investigación sirvió para contar con una estrategia de comercialización y difusión de los productos, a través de plataformas
digitales y convencionales como el portal Pastaza.travel.com.
Los indígenas kichwas y shuar se convirtieron en emprendedores y ahora promueven el turismo de investigación, los paseos
en canoa, la gastronomía típica, visitas a cascadas, caminatas por la selva o ir en kayak sobre el caudaloso
río Arajuno.
LOS DESTINOS DE AVENTURA
La Prefectura creó senderos, puentes, muelles, señalizó y entregó botes a las comunidades San Virgilio, Shuar Washients,
San José de Wapuno, Shiwa Kucha y Valle Hermoso del cantón Arajuno.
Oswaldo Valverde, director de Desarrollo Sustentable de la Prefectura, indicó que estas comunidades son parte de los paquetes
turísticos que se promocionan con la marca Pastaza: selva, aventura y tradiciones. “Fortalecimos las rutas
de las plumas y la gastronomía”. La iniciativa se creó en el 2016.
Este plan ha dado resultados. La Cámara Provincial de Turismo detalló que en el feriado de Carnaval, el 90% de la capacidad
hotelera de la provincia fue ocupado, comparado con el 50% del 2016. “Los visitantes arribaron de ciudades
cercanas, pero comenzamos a recibir de Guayaquil, Cuenca, Manabí y otras urbes. La propuesta, con apoyo de
la Mesa de Turismo, tiene acogida porque está basada en un modelo económico amigable y sustentable con el
ambiente”, dijo Carlos Freire, representante de la Cámara.