La sublevación militar que el ahora presidente Hugo Chávez encabezó, hace 20 años, colocó a la democracia de Venezuela en un estado de turbulencia, con alteraciones bruscas de las instituciones y un clima de agitación política, inestabilidad social e inquietud económica que perdura.
La madrugada del 4 de febrero de 1992 los venezolanos, cuya última dictadura cayó en 1958 y que no sabían de alzamientos en cuarteles desde 1962, despertaron con la novedad de que militares sublevados contra el presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979 y 1989-1993) combatían a fuerzas leales en puntos estratégicos de la capital.
La intentona produjo al menos 20 muertes entre uniformados y civiles, fue un fracaso como operación militar y los cabecillas -cinco tenientes coroneles del ejército-, entre ellos Chávez, y decenas de oficiales, fueron presos y enjuiciados.
En cambio, los alzados obtuvieron un resonante triunfo político, detonado por la rendición de Chávez ante las cámaras de TV, cuando con entereza y rodeado de sus captores llamó a los aún sublevados a deponer las armas.
El 27 de noviembre siguiente hubo otro cruento y fracasado intento de golpe de Estado, comandado por la Marina y la Aviación.
Mientras los militares sublevados recibían en la prisión muestras de apoyo popular y mediático, parte de la opinión pública exigió la renuncia de Pérez, y en un clima de inestabilidad política el presidente fue destituido, en mayo de 1993.
El parlamento designó a un presidente interino, cuyo mandato fue muy frágil, y en diciembre de 1993 fue elegido para reemplazarlo Rafael Caldera (1969-1974 y 1994-1999).
Caldera gobernó un quinquenio signado por políticas económicas contradictorias, desacuerdo de la clase política para reformar la Constitución y otras leyes, el indulto temprano en 1994 a los insurrectos de 1992 y la condena de la Corte Suprema a Pérez por desviar a tareas de apoyo a Nicaragua fondos reservados para gastos internos.
Al indultar a los golpistas y cortarle la cabeza a Pérez se dio políticamente la razón a los conspiradores; la dirigencia política, muy limitada y cobarde, retrocedió; y así Chávez pudo desarrollar su carrera hacia el poder.
Chávez concurrió como candidato a la elección presidencial de 1998, presentándose como adalid de los pobres y de la lucha anticorrupción y encabezando el reclamo de una asamblea constituyente para ‘refundar la República’. Al asumir la Presidencia en 1999, convocó a referendo para una constituyente. Sus partidarios ganaron 95 por ciento de los escaños. Chávez acaba o cambia instituciones y figuras del Estado. Autorizado a legislar por decreto, Chávez dicta 49 leyes, incluida una de tierras que moviliza a empresarios y sindicatos en su contra. Comienzan huelgas y manifestaciones que culminan con un golpe de Estado en 2002…