Luego de su segunda reelección en el 2013, el presidente Correa manifestó, en forma reiterada, que, tan pronto como termine ese mandato en el 2017, se retiraría a su hogar y a la cátedra, pero parece que los resultados adversos de los comicios seccionales del 23 de febrero de este año lo hicieron cambiar de opinión y anotó que no puede excluir la posibilidad de ser reelegido.
Como es obvio, pronto surgieron diversas reacciones, varias de ellas opuestas a una segunda reelección inmediata y a la reforma de la Constitución.
El propio secretario general de la Administración, Vinicio Alvarado, uno de los puntales de este Gobierno, expresó que él preferiría que se deje pasar un período para que el presidente Correa se presente a una nueva reelección; “sería una alternativa política más viable, más adecuada y permitiría a la ciudadanía comparar”, dijo.
Pero la Presidenta de la Asamblea Nacional y otros miembros de la bancada gobiernista se apresuraron a “escoger el mejor camino” para que pueda acceder a un nuevo período el economista Correa, quien fue elegido en el 2002, con sujeción a la Carta Suprema de 1998 y reelegido en el 2009 y el 2013, ya conforme a la Constitución del 2008.
De las 19 constituciones que han entrado en vigencia a lo largo de la historia republicana del Ecuador tan sólo una, la llamada “Carta Negra”, expedida en 1869, durante el gobierno de García Moreno, contemplaba una reelección inmediata y las posteriores después de un período; la primera Constitución de 1830 y las de 1884, 1897 y 1906, de la época liberal, establecían la reelección después de dos períodos; la de 1979 prohibía la reelección y, finalmente, la de Montecristi, aprobada mediante referéndum y que está vigente desde el 2008, autoriza una reelección inmediata. Sus patrocinadores han enfatizado que es la mejor Carta Suprema que ha tenido el país y que, por tanto, no será reformada en 300 años, pero apenas han transcurrido seis y ellos mismos ya quieren modificarla, para viabilizar la re-reelección del Mandatario y, de paso, introducir otros cambios.
Tan importante asunto está en manos de la Asamblea; no quieren arriesgar con un referéndum.
En el plano internacional, en México, Honduras, Guatemala y Paraguay está prohibida la reelección; en Estados Unidos, Alemania, Colombia, Brasil, etc., sus respectivas Cartas Supremas permiten la reelección presidencial inmediata por una sola vez; en Rusia también una primera reelección inmediata y las posteriores luego de un período; en Cuba, Venezuela, Bielorrusia, Eslovaquia, Francia, España, Italia, etc., es permitida la reelección inmediata e indefinida.
Esto para citar sólo unos casos, advirtiendo que entre algunos gobernantes pertenecientes a la Unasur, hay una fiebre por perpetuarse en el cargo, mediante el sistema de reelección inmediata, siguiendo el ejemplo de los hermanos Castro, que están más de medio siglo en el poder.