El uso óptimo del agua hace milagros en Brasil

La ganadería vacuna está gravemente afectada por las sequías en la región brasileña del Nordeste, pero sobrevive y se revitaliza en la cuenca del río Jacuípe gracias a un aprovechamiento óptimo del agua.

José Antonio Borges, propietario de 98 hectáreas de tierra y 30 vacas en Ipirá, uno de los 14 municipios de la cuenca, en el nororiental estado de Bahia, casi triplicó durante los últimos dos años su producción de leche, que puede alcanzar 400 litros por día, y sin aumentar su rebaño.

Para alcanzar ese logro contó con la asistencia de técnicos de Adapta Sertão (sertón), un proyecto promovido por una coalición de organizaciones bajo la coordinación de la Red de Desarrollo Humano (Redeh), que tiene sede en Río de Janeiro.

“Si despierto y no oigo el mugido de las vacas, no puedo vivir”, afirmó Borges para realzar la vocación que le impidió abandonar la actividad en los peores momentos de la sequía que fustigó los últimos seis años a la ecorregión del Semiárido, un área de escasas lluvias en el interior del Nordeste brasileño.

Su mujer, Eliete Brandão Borges, sí renunció y se mudó a Ipirá, la ciudad que es cabecera del municipio, donde se dedica a la costura. Con ella vive el hijo de ambos, de 13 años, para facilitar sus estudios. Pero no descarta volver a la finca, “si surge un buen proyecto, como criar pollos”.

El marido, que “se atormenta tras algunas horas en la ciudad”, apunta como factores de la mayor productividad lechera al cactus forrajero (Opuntia ficus-indica Mill), una especie proveniente de México, que usa como complemento alimentario del ganado, y al segundo ordeño diario.

“Los vecinos me llamaban loco por sembrar el cactus en forma adensada (concentrada), antes la usábamos, pero la sembrábamos de manera dispersa”, recordó. Hoy, a los 39 años, Borges es un ejemplo y recibe en su finca visitas de otros agricultores interesados en conocer las razones de su éxito productivo.

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